Desaparecidos: al fin se escuchó el clamor

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 18 Mar 2025 - 08:21hrs

El presidente Andrés Manuel López Obrador jamás tomó en serio el problema de los desaparecidos.


Exprimió políticamente el caso Ayotzinapa, pero en su gobierno no se logró avance alguno en la localización de los normalistas, al punto de que, al final de su periodo, los familiares de los jóvenes ya nada querían saber de él.


Al resto de las desapariciones, el tabasqueño nunca le dedicó un minuto. A no ser, claro, para acusar a los colectivos de hacer “politiquería”, así como para pedir que se “revisara” el monto de desapariciones oficialmente registrado. Su desdén sólo provocó que se exacerbara la crisis: hoy, igual que cada día, 40 mexicanos no volverán a casa.


Ayer, su sucesora decidió apartarse de esa estrategia fallida. Por primera vez, Claudia Sheinbaum reconoció que la búsqueda de los desaparecidos era una “prioridad nacional” y delineó una serie de puntos para atender el problema. Entre ellos, fortalecer a la Comisión Nacional de Búsqueda –que fue debilitada por López Obrador– y reforzar el Centro Nacional de Identificación Humana.



Además, se construirán nuevos protocolos para hacer frente a las sustracciones, como poner en marcha la búsqueda sin esperar las tradicionales 72 horas que siguen pidiendo algunas autoridades para actuar (aunque el artículo 89 de la ley en la materia ya establece que la búsqueda se debe iniciar de inmediato).


“Nuestro sentir está con las familias de las personas desaparecidas”, dijo la mandataria. “Sabemos de su necesidad y anhelo de rencontrarse con sus seres amados. Nunca vamos a confrontar a una madre, cuyo hijo, hija, hermano o un familiar desapareció”.


La nueva postura de la Presidenta me parece correcta. El jueves pasado escribí en este espacio que Sheinbaum debería aprovechar la coyuntura del hallazgo de un narcorrancho en Jalisco para “cambiar la relación entre el gobierno y los colectivos de búsqueda”.


Qué bueno que se acabarán el silencio y la insensibilidad oficial hacia esa tragedia, cosas que, como le digo, sólo la hicieron crecer.


Aun así, son necesarios un par de apuntes a lo que se escuchó ayer en Palacio Nacional.


Primero, no había necesidad de matizar el anuncio con el señalamiento de que la oposición usa el tema de los desaparecidos para atacar al gobierno. La Presidenta sabe muy bien que la naturaleza de los opositores es criticar al poder. El movimiento del que ella forma parte hizo exactamente eso con el caso Ayotzinapa. Y no creo que unos comentarios en redes sociales –y que se quedan en X, agregó ella– pesen más que 124 mil desparecidos.


Segundo, es un error partidizar esta tragedia. Las constantes acusaciones sobre el papel que jugó la Fiscalía de Jalisco en el caso Teuchitlán podrían revertirse cuando toque revisar la actuación de las autoridades del Estado de México, Ciudad de México, Sinaloa, Puebla y Michoacán –entidades gobernadas por Morena–, donde más están creciendo las desapariciones. Más de la mitad del total de las ausencias que se han dado desde que se inició su gobierno provienen de alguno de esos cinco estados.


Sería mejor un llamado a la unidad, de esos que la Presidenta acostumbra hacer frente a las amenazas de Donald Trump. Los criminales no distinguen entre mexicanos. Son un peligro para todos por igual. El esfuerzo colectivo de las autoridades, de todos los órdenes de gobierno, resulta indispensable.


BUSCAPIÉS


*El domingo, criminales aparentemente adheridos al Cártel Jalisco Nueva Generación asesinaron a cinco elementos de la Sedena. Fue el peor día en más de un año para las Fuerzas Armadas. El hecho pone de manifiesto que ese grupo delincuencial –que también era responsable del narcorrancho en Teuchitlán– debe ser considerado enemigo del Estado, no así los mexicanos que piensan distinto que el gobierno.

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