Teuchitlán es apenas la punta de la crisis de las desapariciones

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 12 Mar 2025 - 08:08hrs

Ha causado una gran conmoción el hallazgo de un predio donde un grupo criminal –presumiblemente el Cártel Jalisco Nueva Generación– mantenía cautivas a personas secuestradas y las adiestraba para usarlas como carne de cañón, y donde, además, asesinaba a quienes no le eran útiles y quemaba sus restos para no dejar huella de su paso por el lugar.


El hecho es sin duda terrible, como ha descrito la presidenta Claudia Sheinbaum. Sin embargo, con todo lo espantoso que resulta, apenas alcanza a mostrar la superficie de una crisis nacional que no ha querido reconocerse: la de los desaparecidos.



Los zapatos abandonados de unas 200 víctimas son una imagen que nos persigue desde que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco dio con el rancho Izaguirre, del municipio de Teuchitlán, y mostró a México y al mundo los escalofriantes vestigios de la maldad que ocurrió allí.


Pero 200 desaparecidos son apenas una fracción de las 123 mil que se han acumulado en este país desde mediados del siglo pasado. La sustracción de personas es, además, un fenómeno que se ha acelerado desde 2018, pues a partir de ese año se ha sumado cerca de la mitad de aquel total.


Hoy en día, 200 desapariciones ocurren en menos de una semana. El sexenio pasado, cuando se contaron casi 54 mil ausencias, el promedio diario fue de 25. En lo que va de este gobierno, ha subido a 41, pues de acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas iban seis mil 695 casos hasta el lunes.


Aunque es muy grave que la Fiscalía General de Justicia de Jalisco no haya hecho adecuadamente su trabajo en Teuchitlán –pues sus elementos estuvieron en el rancho Izaguirre en septiembre pasado y no reportaron lo que halló el colectivo–, la verdadera tragedia es que, todos los días, desaparecen más de 40 personas en promedio. Una cada 36 minutos.


Es decir, mientras usted se levanta, se asea, se viste y desayuna, probablemente tres personas son sustraídas. En lo que deja a sus hijos en la escuela y llega a su trabajo, otras tres son levantadas. Mientras cumple con su jornada laboral, se llevan a 13 más. Y así se van sumando los casos a lo largo del día, hasta llegar a 40. ¿Y sabe qué es lo peor? Que las autoridades nada hicieron por evitar esas desapariciones y nada harán para encontrar rápidamente a las víctimas antes de que se pierdan en el hoyo negro de la estadística criminal.


Así que, al día siguiente, la cuenta vuelve a empezar. Cuarenta, ochenta, ciento veinte, ciento sesenta, doscientos… En cinco días se acumulan 200 casos de desaparición, mismo número de pares de zapatos que se encontraron en Teuchitlán.


A muchos nos preocupa el destino de los jóvenes que pasaron por ese rancho. Pero ¿qué cree? Todos los días desaparecen ocho hombres y cinco mujeres de entre 15 y 25 años de edad, de acuerdo con los datos del propio Registro. Así que, nada más considerando la desaparición de jóvenes, México vive un Teuchitlán cada quincena.


Tiene razón el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, cuando dice que difícilmente las autoridades municipales y estatales no estaban enteradas de lo que ocurría en ese rancho.


Pero lo mismo puede decirse de las autoridades del Estado de México y la Ciudad de México, las dos entidades que suman el mayor número de desaparecidos en los últimos cinco meses y diez días (más de mil cada uno).


Ni modo que Delfina Gómez y Clara Brugada no estén enteradas de que en sus respectivas entidades desaparecen seis personas cada día. Y aun así, nada hacen para atender esta crisis.


Entonces, sí, es muy grave el descubrimiento que se ha hecho en Teuchitlán. Sin embargo, quien crea que ese horror es un caso aislado en México está completamente equivocado.


Nuestro país es, por desgracia, el país que acumula el mayor número de desaparecidos en el mundo entero. Ésa es la realidad más terrible.

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