Se busca traidor

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 05 Sep 2024 - 09:43hrs

Aprobada la reforma judicial en la Cámara de Diputados —gracias a que la mayoría de los consejeros del INE y de los magistrados del Tribunal Electoral le entregaron una mayoría calificada que no ganó en las urnas—, el oficialismo ahora va por el voto de un solo senador de la oposición para aprobar la reforma judicial y, así, dar al traste con la división de Poderes.              

 

Sólo uno, de 43. Nada más. Es todo lo que requiere para completar la cuenta de 86 senadores, necesaria para modificar la Constitución —en caso de que la asistencia sea total— y acabar con la independencia del Poder Judicial federal, único contrapeso al mando presidencial y solitaria garantía de que se respeten los derechos consagrados en la Carta Magna, de los que gozan todos los mexicanos.

 

¿Quién otorgará ese voto —o se ausentará repentinamente de la sesión, lo cual resulta lo mismo— y aceptará así pasar a la historia como alguien que hizo campaña por una cosa y entregó su voluntad a una causa distinta?

 

 

 

¿Será usted, Claudia Anaya Mota?

 

¿O usted, Ricardo Anaya Cortés?

 

¿O usted, Pablo Angulo Briceño?

 

 

 

 

 

 

¿O usted, Manuel Añorve Baños?

 

¿O usted, Anabell Ávalos Zempoalteca?

 

¿O usted, Alejandra Barrales Magdaleno?

 

¿O usted, Francisco Barreda Pavón?

 

¿O usted, Manlio Fabio Beltrones Rivera?

 

¿O usted, Néstor Camarillo Medina?

 

¿O usted, Gina Campuzano González?

 

¿O usted, Clemente Castañeda Hoeflich?

 

¿O usted, Luis Donaldo Colosio Riojas?

 

¿O usted, Marko Cortés Mendoza?

 

¿O usted, María de Jesús Díaz Marmolejo?

 

¿O usted, Agustín Dorantes Lámbarri?

 

¿O usted, Laura Esquivel Valdés?

 

¿O usted, Amalia García Medina?

 

¿O usted, Ángel García Yáñez?

 

¿O usted, Michel González Márquez?

 

¿O usted, Cynthia López Castro?

 

¿O usted, Miguel Márquez Márquez?

 

¿O usted, Juan Antonio Martín del Campo?

 

¿O usted, Mayuli Martínez Simón?

 

¿O usted, Guadalupe Murguía Gutiérrez?

 

¿O usted, Alejandro Moreno Cárdenas?

 

¿O usted, Francisco Ramírez Acuña?

 

¿O usted, Ivideliza Reyes Hernández?

 

¿O usted, Miguel Riquelme Solís?

 

¿O usted, Verónica Rodríguez Hernández?

 

¿O usted, Mely Romero Celis?

 

¿O usted, Cristina Ruiz Sandoval?

 

¿O usted, Gustavo Sánchez Vásquez?

 

¿O usted, Paloma Sánchez Ramos?

 

¿O usted, Imelda Sanmiguel Sánchez?

 

¿O usted, Lilly Téllez García?

 

¿O usted, Karla Toledo Zamora?

 

¿O usted, Enrique Vargas del Villar?

 

¿O usted, Mario Vázquez Robles?

 

¿O usted, Carolina Viggiano Austria?

 

¿O usted, Mauricio Vila Dosal?

 

¿O usted, Miguel Ángel Yunes Márquez?

 

¿O usted, Rolando Zapata Bello?

 

¿O será usted, Susana Zataraín García?

 

No hace falta más que uno de ustedes que entregue su voluntad a un grupo de senadores que ya ha puesto la suya en manos de un solo hombre.

 

Un único nombre para acabar con la carrera judicial de quienes se han esforzado, a lo largo de años, para prepararse e impartir justicia.

 

Ese nombre —el suyo— irá en la tarjeta del regalo de despedida que le entregarán al presidente Andrés Manuel López Obrador. Porque gracias a usted, y sólo a usted, dicho regalo fue posible.

 

La historia, no lo dude, así lo registrará.

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