La feria de las mentiras

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 02 Sep 2024 - 08:46hrs

Carente de datos duros suficientes para afirmar que hizo un buen gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha emprendido –en estos últimos días de su sexenio– un nuevo esfuerzo por torcer la realidad.


Ya le comentaba la semana pasada que en uno de los spots para promover su Sexto Informe, sostiene que “México creció a pesar de la pandemia”, sin recordar que el incremento del Producto Interno Bruto ha sido el más bajo en cuatro décadas y que numerosos países lograron crecimientos muy superiores al nuestro en el mismo lapso.


De hecho, estamos en un grupo de 50 naciones (25% del total) que tuvieron el desempeño económico más anémico si se comparan los datos actuales con los previos a la aparición del covid.


En ese mismo mensaje, presume que se crearon “400 mil empleos al año”, aunque evita decir que el país requiere del triple de esa cifra, de acuerdo con su aumento poblacional.



En su cuenta de X, el economista Carlos Ramírez Fuentes, expresidente de la Consar, apuntó que entre el cuarto trimestre de 2018 y el segundo de 2024, la población económicamente activa del país aumentó en 5.5 millones, pero, durante el mismo lapso, el número puestos de trabajo registrados ante el IMSS se incrementó en sólo 1.9 millones, por lo que la brecha de empleo es 3.6 millones, casi el doble.


En otro de esos mensajes, que comenzó a transmitirse el viernes, el mandatario sostiene, sin sonrojarse, que “ahora hay menos homicidios”.


Como lo lee. Ya no es la cantaleta de que “ha bajado el crecimiento de los homicidios”, una afirmación que comenzó a escucharse hace dos años a raíz de que el Inegi dio a conocer un descenso de 9.74% entre la cifra de asesinatos en 2022 (32 mil 223) y la de 2021 (35 mil 625). No, ahora ya es, de plano, que “hay menos homicidios”. ¿Menos que cuándo?



Como en el caso del crecimiento económico, el Presidente oculta el contexto. En su sexenio se han sumado, hasta a la fecha, casi 197 mil asesinatos, una cifra que rebasa –faltando todavía por concluir septiembre, último mes del periodo presidencial– a las de todos los sexenios anteriores y la mayor desde que se libró la Guerra Cristera hace casi un siglo.


De acuerdo con datos oficiales, en el sexenio de Vicente Fox se cometieron 60 mil 280 homicidios; en el de Felipe Calderón, 120 mil 463, y en el de Enrique Peña Nieto, 156 mil 66. Ésas son, cómo negarlo, cifras altísimas, propias de una guerra. Pero ¿cómo se puede matizar el dato de cerca de 200 mil víctimas de asesinato con la que terminará este sexenio, el periodo más sangriento de la historia moderna?


López Obrador suele alegar que ese número se desprende de la herencia que recibió. Sin duda, tiene razón en que no le entregaron un país pacífico, pero si no sabía cómo resolver el problema –como ya está muy claro hoy–, ¿para qué hizo campaña ofreciendo reducir los asesinatos a la mitad para mediados de sexenio? ¿Para qué repitió varias veces dicha promesa durante su primer año y medio en el poder, hasta que vio que sería imposible cumplirla? Y ¿por qué nunca admitió que era necesario cambiar su estrategia fallida?


Pero incluso si el Presidente quiere vender la idea de que el crecimiento en el número de homicidios va a la baja, es probable que tampoco lo pueda lograr en este último año de su gobierno, pues si se comparan los primeros siete meses de 2024 con los de 2023, hay un incremento de 0.2% en la cifra, de acuerdo con el reporte diario del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.


Los mensajes del Sexto Informe de Gobierno, que aún habrá que escuchar durante una semana, son una feria de mentiras y medias verdades sobre el desempeño de la administración federal en el sexenio que está por terminar.


Habrá mexicanos a quienes no les importe que les mientan, sí, pero aún tenemos instituciones que generan datos que se pueden contrastar con lo que se escucha en los discursos y las conferencias de prensa.


¿Qué será cuando el oficialismo acabe con los organismos autónomos, como pretende?

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