Bitácora del directorPascal Beltrán del Río |
| 18 Jun 2024 - 08:32hrs
Cuando faltan nueve días para el primer debate entre los candidatos presidenciales Joe Biden y Donald Trump, el segundo lidera las encuestas y el probable reparto de votos en el Colegio Electoral.
De acuerdo con el promedio de sondeos elaborado por el sitio Real Clear Politics, Trump va adelante por ocho décimas de punto (45.4% contra 44.6%) en las intenciones de voto del conjunto de los ciudadanos estadunidenses. Si hoy fuera la elección, el republicano obtendría 312 votos electorales, muchos más de los 270 que necesita para ganar.
En México, todavía estamos viviendo los efectos de los comicios federales y locales del pasado 2 de junio y no parece haber interés en volver la vista hacia el norte, algo que convendría por las implicaciones que tiene el resultado de la contienda por la Casa Blanca y el Congreso estadunidense en la relación bilateral y el devenir de la economía mexicana.
En nuestro país, el oficialismo aún vive la borrachera de su aplastante victoria y está en plenas maniobras para imponer la primera tanda de reformas constitucionales. En tanto, del otro lado del río Bravo se está gestando una tormenta política que podría complicar aún más las cosas en el arranque del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, por encima de la ya evidente ralentización del crecimiento y las restricciones fiscales que serán necesarias para paliar el déficit y prevenir un deterioro de nuestra calificación crediticia.
El viernes pasado, Larry Summers, exsecretario del Tesoro de Estados Unidos –considerado por muchos como un gurú de la economía– habló del panorama que esperaría a Estados Unidos en caso de ganar Trump la elección del 5 de noviembre. En entrevista para Bloomberg, dijo que las medidas que aplicaría el empresario serían una receta para la estanflación, es decir, estancamiento con inflación.
De por sí, cualquier mal fario para la economía estadunidense no es bienvenido en México, por el nivel de interrelación que tenemos con ese país. Pero peor aún resultan las previsiones de Summers, pues, a su juicio, reduciría impuestos y, para compensar la pérdida de ingreso, aumentaría los aranceles a los productos importados.
Más allá de cómo funcionaría eso en el caso de países que tienen acuerdos formales de libre comercio con Estados Unidos –como es México–, debemos recordar que Trump es un enemigo declarado de los desequilibrios comerciales, y nuestro país tenía a finales de 2023 un superávit respecto del vecino por casi 140 mil millones de dólares, mismo que se incrementó en 23.8% desde que Biden sucedió a Trump en la Presidencia de Estados Unidos.
Además de que esto no debe tener nada contento al empresario neoyorquino –quien tendría aún menos incentivos para actuar racionalmente que lo que tuvo en su primer periodo en la Casa Blanca–, hay que recordar que Trump no se tentó el corazón al amenazar a México con imponerle aranceles en caso de que no limitara los flujos de migrantes que intentaban llegar a la Unión Americana, cosa que cumplió el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Seguramente las predicciones de Summers son apenas una mirada muy superficial a lo que podría suceder ante un eventual regreso de Trump. Lo sensato en este momento sería dejar de actuar como si México fuese una isla sin relación con el resto del mundo y prepararnos para el peor de los escenarios, en caso de que éste llegue a materializarse.
Buscapiés
*Costa Chica, infierno grande. La madrugada del lunes fue asesinado el alcalde electo de Copala, municipio de esa región de Guerrero, donde seis personas relacionadas con la política ya habían sufrido idéntica suerte durante la pasada temporada electoral, incluyendo a un candidato al mismo cargo. Salvador Villalva Flores, militar retirado, fue bajado del autobús en el que venía regresando desde la Ciudad de México y fue ultimado en plena carretera. Un homicidio más que se agrega a la ingobernabilidad del estado, cuya mandataria (es un decir) sólo comunica por Facebook.