Bitácora del directorPascal Beltrán del Río |
| 17 Nov 2023 - 08:46hrs
A un país que ha acumulado 170 mil homicidios y 47 mil desapariciones en un lustro no le faltan historias sobrecogedoras relacionadas con las víctimas. Sin embargo, hace dos días que no dejo de pensar en el caso de la joven madre veracruzana Marilú Galicia Hernández, cuyo cuerpo fue hallado en una fosa clandestina en el área rural del municipio de Xalapa junto con el de su pequeño hijo, Jadiel García.
En estos últimos años no han sido raras las historias de criminales que ejecutan mujeres o parejas, pero mantienen una pizca de humanidad como para perdonar la vida a sus hijos.
El 4 de julio pasado, en Apodaca, Nuevo León, 6 personas fueron asesinadas. Cuatro hombres y dos mujeres fueron bajados de vehículos, con las manos atadas, y acribillados. La noche del día siguiente, un bebé fue encontrado en el baño de la parroquia de La Resurrección, en San Nicolás de los Garza, a nueve kilómetros de distancia. Las investigaciones revelaron que había sido trasladado y dejado allí por los asesinos de sus padres.
Marilú y Jadiel no corrieron la misma suerte. Campesinos que limpiaban un cafetal, cerca de la congregación de El Castillo –entre las comunidades de Chiltoyac y Tronconal– descubrieron sus cuerpos semienterrados, junto a los de otras tres personas. Los cinco habían desaparecido en agosto pasado.
Marilú, de 21 años de edad, y Jadiel, de tres, fueron levantados en la colonia Progreso, de Xalapa, el día 16 de ese mes. El padre del niño reportó la desaparición y se emprendió una búsqueda. El 7 de noviembre se reportó el hallazgo. Los cinco cadáveres aparecieron en bolsas de basura.
Con la poca empatía que lo caracteriza, el gobernador veracruzano Cuitláhuac García Jiménez vinculó la desaparición y asesinato de las cinco personas con un episodio de venta y consumo de drogas, como si eso justificara los crímenes.
También informó que había seis personas detenidas por los hechos, mismas que, según él, condujeron a las autoridades al lugar de la sepultura clandestina, aunque notas periodísticas previas a esas declaraciones dan cuenta de que el hallazgo lo realizaron trabajadores agrícolas (entre ellas, la del reportero Manuel Hernández, de Notiver).
En Veracruz, donde la policía tiene un palmarés de haber detenido a centenares de inocentes en los últimos años, es imposible confiar que estas personas estén vinculadas con los asesinatos. En todo caso, el asesinato de una mujer y su pequeño hijo, así como el hallazgo de sus cuerpos en una fosa clandestina, enterrados en bolsas de basura, es otra estampa del horror que vive el país.
Normalmente cuando hemos tenido que narrar el asesinato de niños –cada día hay un promedio de siete homicidios de menores de edad en México– suele ser porque fueron víctimas del fuego cruzado o de una bala perdida. En este caso, los criminales no se tentaron el corazón.
Desde luego que puede y debe sentirse pesar por los niños asesinados por Hamás en su incursión del 7 de octubre en el sur de Israel y aquellos que han muerto en los bombardeos israelíes en Gaza. También por el homicidio de personas vulnerables, entre ellos los miembros de minorías, como la de la diversidad sexual. Pero ¿quién va a marchar para pedir que le hagan justicia a Marilú y Jadiel?
BUSCAPIÉS
*En las elecciones presidenciales suele haber sólo dos opciones reales en la boleta: cambio y continuidad. ¿Cuál de ellas representaría Samuel García? A juzgar por su discurso, ninguna.
*A menos de que la ley ya no valga, las integrantes de la terna presidencial para la Corte no cumplen los requisitos: dos de ellas litigan en el tribunal y una tendría conflictos de interés en asuntos laborales.
*Por primera vez desde 1993, y sin explicación alguna, el gobierno canceló la entrega del Premio Nacional de Exportación. Mala señal para una economía que depende del comercio exterior.
*Hoy inicia su gestión, como rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas. En sus primeras declaraciones, tras el nombramiento por la Junta de Gobierno, ha mostrado firmeza y templanza. Bien.