Bitácora del directorPascal Beltrán del Río |
| 20 Oct 2023 - 09:13hrs
El miércoles 18, en su cuenta de X, la virtual aspirante presidencial del oficialismo Claudia Sheinbaum informó que había invitado a Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, para integrarse a su equipo.
Fue la primera noticia de que Encinas dejaría su cargo en el gobierno federal. Dos días antes, el presidente Andrés Manuel López Obrador había dicho que no habría más renuncias en su gabinete por las elecciones de 2024. “A menos –acotó– que haya más sorpresas”.
Fiel a su estilo, Encinas no abrió la boca. Es conocido por su renuencia a hacer declaraciones. Fue necesario que, en la mañanera de ayer, el propio Presidente confirmara la noticia.
Nacido en la Ciudad de México en 1954, Encinas es economista, egresado de la UNAM. A principios de los años 80 fue profesor y dirigente sindical en la Universidad de Chapingo. Militó en el Partido Comunista y, entre 1985 y 1988, fue diputado federal por el PSUM. En 1989 se integró al PRD, cuando el PMS cedió su registro para crear aquel partido. Fue secretario de Medio Ambiente del gobierno capitalino encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas.
Cuando López Obrador fue jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Encinas fungió como secretario de Desarrollo Económico (2000-2002) y luego secretario de Gobierno (2003-2005). Le tocó sustituir a López Obrador, como jefe de Gobierno, cuando éste compitió por primera vez por la Presidencia de la República. Entre 2009 y 2012 fue nuevamente diputado federal y, durante los siguientes seis años, senador de la República. Fue dos veces candidato al gobierno del Estado de México (1993 y 2011). Del 1 de diciembre de 2018 hasta el día de ayer, fue subsecretario de Gobernación.
Su inopinada salida del gabinete dejó una serie de asuntos sin concluir: la investigación del caso Ayotzinapa; la sistematización de la búsqueda de personas desparecidas, y la operación del mecanismo de protección para periodistas y activistas de derechos humanos.
En el primer caso, elaboró un informe (18 de agosto de 2022) que calificó los hechos de septiembre de 2014 como “crimen de Estado”, aunque dejó muchas dudas entre los familiares de los normalistas desaparecidos. Su labor lo llevó a confrontarse con el Ejército, al punto de que el subsecretario filtró al diario The New York Times (23 de mayo de 2023) que su teléfono había sido hackeado por militares, cosa que el presidente López Obrador confirmó en una mañanera, aunque nada hizo al respecto.
En febrero de 2022, se entrevistó en Israel con Tomás Zerón de Lucio, exdirector de la Agencia de Investigación Criminal, exiliado en ese país y a quien el gobierno federal quiere ver procesado por su papel en las pesquisas del caso Ayotzinapa. La conversación, de tres horas, fue grabada sin que Encinas supiera y la transcripción apareció el 7 de abril de este año en el diario israelí Yedioth Ahnorot.
El 27 de septiembre pasado, Encinas afirmó que Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana de la capital y aspirante a la candidatura de Morena a la jefatura de Gobierno en 2024, había participado en una “junta de autoridades” que armaron la llamada “verdad histórica” del caso Ayotzinapa.
La búsqueda de la postulación por parte de García Harfuch lo ha convertido en blanco de la peor campaña de linchamiento interno que haya sufrido personaje alguno del oficialismo. Vaya, ni Marcelo Ebrard ha sido tan denostado. El señalamiento de Encinas ha sido voluntaria o involuntariamente parte de esa andanada. Por eso sorprende la invitación que Sheinbaum hizo Encinas para sumarse a su equipo. ¿Se trata de una medida para proteger a su exsubalterno de dichos golpes o un guiño al sector radical que lo atiza? Una fuente consultada ayer me dijo que la responsabilidad que Sheinbaum encargará a Encinas será la recuperación de las alcaldías arrebatadas a Morena por la oposición en 2021.
En todo caso, la razón de su incorporación al equipo de la exjefa de Gobierno; el hecho de que no queda claro si su salida del gabinete fue renuncia o remoción, y el momento en que ocurrió el movimiento son tres dudas del enigma Encinas. O la “sorpresa”, como diría López Obrador.