Senadora Patricia Mercado pt1

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

.

| 14 Ago 2023 - 20:24hrs

No hay nada mejor que conocer de cerca a las personas que hacen posibles los cambios y las iniciativas del poder legislativo. Tuve la oportunidad de entrevistar a la Senadora por la bancada de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado, candidata de las elecciones presidenciales de la Republica por el partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina en 2006. Ver de cerca su inspiración y todo el trabajo que ha hecho dentro del movimiento feminista ha sido un placer.


VT: En esta legislatura se ha visto algo histórico ya que es la primera legislatura paritaria, finalmente hay la misma cantidad de senadores que de senadoras. ¿Cómo se ha sentido usted en esta legislatura?


PM: Pues mira bien, yo soy parte del movimiento feminista y del movimiento de mujeres desde 1996, en el sexto encuentro feminista que se realizó en Acapulco, lanzamos una campaña que se llamó la campaña “ganar espacios por el 52%” que en ese momento en el padrón electoral las mujeres éramos el 52%. Vengo desde entonces. A partir de 1988, se inicia el proceso de transición democrática y lo que vimos es que venía un nuevo pacto social; el postrevolucionario, no había habido ni una sola mujer en el congreso constituyente y venían cambios en ese sentido y necesitábamos que se nos reconociera esa paridad para que, en ese nuevo pacto social, de alguna manera, la representación de mujeres y hombres fuera igual.
Yo vengo del margen, decimos, de una oposición muy minoritaria, pues a pesar de que las mujeres siempre hemos sido la mitad, políticamente hemos sido una minoría. Entonces ser parte, para mí, no sólo del primero, sino que a partir de eso poder haber hecho los acuerdos para que la paridad se dé en los tres poderes y en los tres órdenes de gobierno y en todas las instituciones del Estado mexicano, es una satisfacción muy grande.


VT: Usted viene de un camino bastante largo y me imagino que lleno de retos y dificultades y apenas se ven las ganancias de toda esa lucha.


PM: Si, la historia es muy larga, hay muchos procesos porque también es una historia de coaliciones, desde las sufragistas, que son coaliciones de mujeres del campo; de la ciudad, de mujeres ricas, pobres, de mujeres de todos los partidos. Es decir, se dan movimientos muy pluriclasistas. Esa es la historia de cómo veníamos, efectivamente al margen, pero fuimos teniendo la capacidad de construir los acuerdos y luego las conferencias internacionales. Hoy la agenda feminista y los derechos de las mujeres están en el centro del debate


VT: A raíz de esta primera legislación es de imaginarse que hubo grandes retos, ya que esto se hizo realidad, ¿usted personalmente ha tenido alguna dificultad o algún reto?


PM: Mira, no, pero si estoy convencida, y estamos convencidas, que si bien somos el 50% no tenemos el poder de las decisiones, estamos en el combate, pero no estamos en los espacios de la toma de decisión. Si tenemos dificultades. No hay comodidad por parte de muchos compañeros legisladores hombres y dentro de los partidos políticos tampoco. Creo que las mayores dificultades no las estamos teniendo nosotras, sino las mujeres de los estados de la república en los congresos. Hay situaciones de exclusión y de violencia muy fuertes, por eso le hemos apostado siempre a las reformas legislativas, porque finalmente el marco legal te ayuda a judicializar algo y ganarlo en los tribunales. Le hemos puesto muchas ganas a las leyes porque con eso nos defendemos.


VT: Es un súper avance ya poder tomar esas decisiones y poder hacer algo desde adentro; tener la oportunidad de plantearse esas situaciones. Yo creo que es algo grandioso.


PM: Si, claro, y pues la política mexicana también tiene un historial patrimonial. También hay casos donde, por el tema de paridad, el hombre dice “no soy yo, pero entonces pongo mi hija”, pero el que toma las decisiones es el hombre. Son cuestiones que tenemos que ir mejorando e ir cambiando las reglas. Transparentando las reglas de selección. Transparentando las reglas de promoción y ascenso.


VT: Toda esta inspiración, este activismo y estas ganas de usted querer ser parte de la historia y luchar por toda esta desigualdad ¿De dónde nace?


PM: Pues exactamente la palabra clave que estás diciendo: la desigualdad. Yo nací en una familia con muchas desigualdades. Por un lado, gente muy pudiente; por el otro lado, migrantes que cruzaban el río. Yo soy de Sonora, y a mí, desde muy pequeña, no me parecía normal. No me gustaban estas disparidades. Entré a la preparatoria a una escuela con unas monjas muy revolucionarias en tiempos donde la iglesia católica se comprometió mucho con la justicia y con el combate a la desigualdad y un poco me dejé formar por ellas.
Entonces decidí estudiar economía para estudiar algo que tuviera que ver con la distribución de la riqueza. Mi contexto fue ese, nunca me gustó y cuando vi qué era lo que se podía cambiar, me metí en eso, desde muy jovencita.


VT: Usted ha participado en temas muy relevantes como iniciativas e innumerables foros sobre la diversidad sexual. ¿De dónde nace también esta inspiración por apoyar los derechos y todo el tema de la diversidad sexual? ¿usted cree que todo esto esté en conjunto con la agenda feminista?


PM: Si, precisamente por feminista yo me relacioné con el movimiento LGBTIQ+ desde hace muchísimos años. Cuando empezó este movimiento a generar organizaciones y movilizaciones a favor de los derechos; porque tenemos una prohibición, o una concepción que nos limita en nuestra sexualidad. Las mujeres tenemos prohibida la política de género, lo femenino tiene que ver con que no se pueda vivir una sexualidad ligada al placer sino sólo ligada a la reproducción. En la lucha por los derechos sexuales es donde nos empatamos y somos dos movimientos amigos, paralelos, con el movimiento de la diversidad sexual. Los derechos sexuales nos hermanaron desde siempre.


Ahora eso se ha convertido en un movimiento que reconoce la diversidad. Entonces ahí ya hablamos de reconocimiento, de identidades de género. Rompemos con esa idea de que el género es el femenino y masculino. Son movimientos muy ligados a la justicia, a la democracia, a la inclusión, a la no discriminación y ahora todo el tema del reconocimiento de la diversidad entre nosotros y todas las relaciones de interseccionalidad.


VT: Actualmente, ¿usted cree que en la práctica exista la brecha salarial y que haya dificultades para nosotras poder desarrollarnos profesionalmente?


PM: Si, mira, la brecha no está legislada, México ratificó el convenio 100 de la Organización Internacional del Trabajo ese convenio dice: salario igual por trabajo de igual valor. ¿Por qué es importante eso?, Porque si tú le pones salario igual por trabajo igual, se puede cambiar el nombre al puesto y dices “no, ella gana menos porque su puesto se llama de otra forma al de él”, y sí, pero la responsabilidad de ella es mucho mayor que la de él, ¿por qué él gana más? además de que todavía estamos en nichos que a la hora de sumar la masa salarial pues resulta que ganamos menos que los hombres. Es muy importante la transparencia, porque está normalizado. Nadie se da cuenta, ni las propias mujeres pueden saber, ni se dice, ni se pregunta, ni las empresas están obligadas a transparentar.
En la reforma que planteamos, que ya se votó en el senado y que está atorada en la cámara de diputados, es por lo menos en el sector del gobierno, la idea de que a los trabajadores al servicio del estado se les haga esa transparencia para no normalizarlo y para darnos cuenta de que las mujeres están ganando menos, nada más porque sí.
La brecha tiene que ver con los cuidados. Las mujeres hemos alcanzado los derechos que tenemos reconocidos en la ley, pero no se nos ha quitado la responsabilidad de cuidar a los otros: a los niños, las niñas, los adolescentes, los adultos mayores, las personas con discapacidad. Seguimos teniendo esta responsabilidad como género. Entonces claro que no podemos siquiera acudir a convocatorias laborales que no sean compatibles con esos trabajos de cuidado. Necesitamos que los cuidados no sean solamente para las mujeres, sean también para los hombres y sean una responsabilidad del estado. Entonces, ¿por qué existe la brecha salarial? Porque no se están valorando los trabajos de las mujeres y, por otra parte, porque los cuidados impiden el famoso suelo pegajoso, que es que las mujeres quieren acceder, pero están pegadas a los cuidados.


VT: Pasa también esta parte discriminatoria que en los trabajos te preguntan “¿quieres ser mamá pronto?”, o si estas embarazada, “te llamamos”. Los horarios tampoco son nada flexibles. O te dedicas a tus hijos y a tu casa, o te dedicas a trabajar, ya que no existe este apoyo para que puedas desarrollarte profesionalmente como el hombre.


PM: Claro, la cultura nos dice que tú sí vas a cuidar, entonces yo te capacito y te vas en un año y yo voy a perder. O te voy a contratar y dentro de un año vas a tener un hijo y me vas a decir que solo vas a trabajar 2 horas, pues no me conviene. Por eso, tenemos que asumir la responsabilidad de estado del cuidado. No dejártelo a ti. A los hombres no les preguntan.
Esas cosas me parecen que están cambiando y que hay algunos hombres jóvenes, sobre todo, que dicen “a mí sí me interesa conciliar el trabajo con mi vida personal, no quiero vivir para trabajar, quiero trabajar para vivir”. Se está dando un cambio cultural, va a tardar, pero ya se empezó a gestar hace muchos años.


 

Más entradas de Tinta y tinte de una mujer