Acompañamiento.

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

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| 17 Jul 2023 - 22:29hrs

Una de las razones por la cual una mujer se vuelve feminista es por experiencia propia y es que el 70.01% de mujeres ha experimentado una situación de violencia a lo largo de su vida, entonces se puede concluir que hay aproximadamente 50.5 millones de mujeres que podrían ser feministas únicamente por su propia historia.


 


Soy una de tantas mujeres que decidió entrar al mundo feminista por mi propia historia; decidí ser activista por la lucha contra la violencia de las mujeres y, en general, de los grupos minoritarios y en este cambio tan radical de vida por el que pasamos las mujeres que llegamos a este punto de equilibrio y lucha, se necesita acompañamiento de mujeres que llevan más tiempo en esto.


 


A lo largo de este camino difícil tenemos también cuestionamientos que día con día ponen a prueba aquello por lo que estamos peleando, ponen a prueba aquel despertar que tenemos. Entrar al mundo feminista es, lo digo con certeza, de las cosas más complicadas y uno de los cambios más grandes por el que una persona puede atravesar; dejas amistades, parejas e incluso familia


 


En el camino que yo he tenido para llegar a este punto en el que estoy escribiendo esto, con una claridad que hace un tiempo no tenía, he tenido muchísimas mujeres que me acompañan y a las cuales admiro. Tengo ídolos que se han vuelto una guía y un consuelo en esta travesía que día con día me ayuda a la deconstrucción.


 


Mi primera guía, sin duda alguna, después de mi experiencia, fue Virgine Despentes, en su libro “Teoría King Kong”, la cual me ayudó a comprender el cómo funciona la palabra Feminismo, hasta la fecha sigo abriendo ese libro y me sigo empapando de conocimiento.


 


Mi segunda acompañante, es Chimamanda Ngozi Adichie, en su libro “Todos deberíamos ser feministas”, una fiel aliada para aquellas ocasiones en las que flaqueas respecto al cambio que estás teniendo. Destacan también entre mi lista (y una de mis favoritas) Simone de Beauvoir, la cual en los libros que he leído de ella, siempre encuentro nuevas formas de cuestionarme y cuestionar el mundo.


 


Mi acompañante más reciente y la que terminó de aclararme muchas cosas, ha sido Catalina Ruíz Navarro en su libro “Las mujeres que luchan se encuentran”, en sus 573 hojas de puro arte y cuestionamientos, una mujer puede emprender este camino y puede sentirse realizada al comprender cada palabra puesta en esas hojas.


 


Tener tantas mujeres fuertes a mi lado, me hace sentir que voy por el camino correcto. Una de las mujeres que no puedo dejar pasar y que me ha enseñado mucho de la vida feminista, ha sido Ana Vásquez Colmenares, la cual, fue para mí un privilegio haber conocido y haber escuchado de primera mano el cómo ella entró en este fascinante mundo.


 


Y, por supuesto, de la mujer de la que he aprendido sobre el acoso y sobre cómo manejar la violencia en términos jurídicos, es Marta Lamas, inspiración para muchas mujeres contemporáneas que entramos en esta cuarta ola feminista.


 


Dentro de todas las mujeres que inspiran, no pueden faltar tampoco mi madre y mi abuela, que no he aprendido con ninguna otra, gracias a lo que ellas me han enseñado, ahora soy la mujer que soy. Siempre me han impulsado a luchar por mí y a no flaquearme en el trabajo que hoy hago para defender lo que creo. 


 


Se podría mencionar una larga lista de mujeres que nos han impulsado y que nos han hecho entrar en este mundo maravilloso, que nos acompañan y no nos dejan solas en el camino. Cada una de nosotras tenemos esos nombres grabados en nuestra memoria, en nuestros escritos, en nuestras lágrimas y día con día en nuestros pensamientos.


 


Esas mujeres que tampoco nos acompañan hoy, pero que recordamos siempre en sus libros, en sus historias de vida y en las enseñanzas que han dejado de generación en generación. Por las que siguen con nosotras y por las que dejaron ya este mundo, les debemos toda nuestra gratitud y toda la lealtad por habernos dejado una lucha que terminar.


 

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