“Buena mujer”

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

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| 04 Jul 2023 - 08:47hrs

Desde que somos pequeñas se nos enseña a ser unas niñas “bien educadas”, se nos enseña que debemos siempre estar bien peinadas y vestidas con aquellos vestidos llenos de flores y colores “femeninos”, nuestras abuelas nos aconsejan que nos sentemos de manera apropiada y que juguemos con muñequitas, con el juego de Té o con las princesas que nos regalan, nuestros padres nos hablan desde temprana edad que las niñas siempre sienten más que los niños, que somos más sensibles a nuestras emociones y que es correcto crecer como “cuidadoras”.


Se habla mucho en la adolescencia de algún chico que nos gusta, de si ya tenemos novio o si alguien ya nos rompió el corazón, nos educan para ser parte de un sistema que aparentemente está bien, en el cual todos hemos crecido; en la misma adolescencia debemos cumplir estándares de belleza que ya están impuestos desde tiempo atrás. Más adelante se nos enseña también a como ser una buena esposa; a cocinar para nuestra casa y a estar siempre al pendiente de lo que nuestro marido e hijos quieren, muchas veces la misma sociedad nos dice dichos bastante coloquiales como “si no le das buen sexo él lo buscará en otro lado”.


Muchos de estos ejemplos lo hemos vivido muchas mujeres a lo largo de nuestras vidas, no es algo que sólo venga de casa, en todo el mundo se mueven estas ideas de un sistema patriarcal. Desde la película que vemos donde se nos hace ver extremadamente emocionales, donde se dice que las mujeres únicamente estamos en busca de hombres buenos para casarnos y llegar a la culminación de nuestro propósito en la vida.


Actualmente me encuentro leyendo un libro interesante de la autora Argentina María Florencia Freijo, llamado Mal Educadas, en el cual en cada capítulo enmarca cada punto por el que nosotras debemos ser “mal educadas” en el sistema en el que vivimos, en el cual nosotras debemos encontrar nuestras propias aspiraciones como mujeres igualitarias a los hombres, que no todo es buscar desde pequeñas un buen hombre que nos haga buenas mujeres.


Todas las corrientes para cambiar esas ideas y este sistema nace en la educación, en el sistema que nos enseña a Aristoteles y Pericles, pero nadie nos habla de la psicoanalista feminista Karen Horney, o de Simone de Beauvoir, o de la primera programadora de la historia llamada Ada Lovelace. Mujeres poderosas de diferentes épocas que hoy nos siguen enseñando y siguen dejando huella para aquellos curiosos que queremos investigar más sobre nuestra historia.


Parte de estos cambios es también tener la libertad de hacer y no hacer lo que nosotras queremos para nuestra vida, imponernos nosotras mismas nuestros propósitos y, claro, empezar con luchas pequeñas en casa; dejando de decirle a nuestras niñas cómo vestirse, cómo actuar, cómo darnos a respetar, con qué juguetes debemos jugar y quitar esas ideas anticuadas y peligrosas de hacer toda nuestra vida alrededor de los hombres. No es para todas llegar a tener un marido al cual atender o por el cual dejar todos los sueños personales que vamos dejando en nuestras vidas.



Esta reflexión es para todos nosotros que vivimos en una sociedad en conjunto y que debemos seguir revolucionando la educación en México y para “Mal Educar” a nuestras niñas para que se quiten todos esos estándares impuestos por un sistema que hoy en día está cambiando. Empecemos con esta misma libertad que desde siempre se nos ha oprimido.

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