Redes de Apoyo

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

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| 30 May 2023 - 18:02hrs

Hace unos días tuve la oportunidad de visitar un albergue del DIF Estatal de Veracruz y estar en ese lugar me dio otro panorama respecto a cómo están las cosas con los niños de nuestro estado, uno de los datos importantes que me dieron ahí, y del cual no dejo de pensar, es la cantidad de niños que están en el refugio “Conecalli”, desde los primeros días de nacidos. Con estos datos preocupantes me llegaron infinidad de pensamientos positivos y negativos acerca de la situación.


 


El albergue que visité recibe únicamente niñas adolescentes que están en situaciones de alto riesgo. Desde el momento en el que entras te llegan mil emociones y pensamientos; la primera sorpresa fue encontrarme con asesoras muy amables y personal capacitado para apoyar y defender a las niñas. Al pasar a las oficinas, antes de conocer a las chicas, uno se puede topar con un montón de reglas para salvaguardar la vida y la integridad de cada una de ellas.


 


Mas adelante, conociendo ya a las chicas y conociendo más sobre sus historias, fue todavía más impactante el recibimiento que dan a las personas (autorizadas) a visitarlas, uno pensaría que esos lugares podrían estar llenos de malos tratos o de apatía, pero ellas te reciben con una calidez impactante. Detrás de cada una de ellas sí existen historias que te desgarran y que uno jamás podría imaginarse, historias que te sacan lágrimas. Es difícil pensar que ellas tienen tan buena actitud ante una vida tan complicada como la que han llevado.


 


Hablando de las instalaciones, es increíble cómo dentro de ese lugar tienen todo perfectamente equipado para recibir a muchas chicas; los cuartos amplios y ordenados, cada uno de acuerdo con sus gustos, baños bonitos, una cocina y un comedor que está capacitado para todo. Hablando más con las asesoras se me comentó que las chicas hacen muchas actividades ahí dentro, festejan sus cumpleaños, les gusta también cocinar y hacer actividades deportivas.


 


 


Es difícil imaginar una vida en la que desde pequeña se te quitó todo, en la que de pequeña en lugar de jugar con juguetes o estar estudiando, tuviste que criar un hijo, tuviste que ser alejada de tus padres por maltratos o tuviste que estar en las calles buscando casa y comida.


 


Es importante también recalcar que parte de las buenas instalaciones que tienen y las muchas actividades que ellas hacen dentro del refugio, son también parte de donaciones de personas desinteresadas, personas que también quieren ayudar y ser parte de este sistema de apoyo.


 


Reflexionando más sobre el lugar y las condiciones en que viven, creo que es bueno aplaudir la labor de las asesoras al estar tan al pendiente de la vida de cada una de ellas y cuidarlas como tal vez en otro lado no pasó. Es una labor brillante y deja a la reflexión cómo el sistema sí tiene esos apoyos y sí los brindan.


 


Sin duda, esto es un recordatorio de que detrás de este sistema hay hombres y mujeres reales queriendo darles el amor y el cuidado que no recibieron antes.  A ellas todo el reconocimiento que merecen.


 


 


 


 

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