Jalisco: nuevo horror

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 07 Abr 2025 - 08:16hrs

Aún no se apaga la indignación y la incertidumbre causadas por el descubrimiento de un campo de adiestramiento y muerte en el rancho Izaguirre de Teuchitlán, Jalisco, cuando otro municipio de ese estado se ha constituido en epicentro de la violencia criminal.


Teocaltiche es una demarcación enclavada en la región de Los Altos, en el nororiente de la entidad, que colinda con Zacatecas y Aguascalientes.


 


Pero ésa es sólo su geografía política, pues el dato más relevante de su ubicación es encontrarse en los límites de los territorios que disputan los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, lo cual ha provocado frecuentes enfrentamientos armados y el desplazamiento de pobladores desde hace unos ocho años. En medio de la pugna de los criminales, han quedado los 40 mil habitantes de Teocaltiche.


En 2021, cerca de 200 familias debieron huir de las comunidades de El Saucito y Rancho Mayor, por los combates entre grupos delictivos. “Tuvimos que dejar todo atrás por miedo a morir”, contaron entonces algunos de los desplazados.


La zozobra en que viven los locales –por los asesinatos y desapariciones, así como actos de extorsión y despojo que azotan la zona– ha llevado a las autoridades estatales y federales a tener que intervenir varias veces en la vigilancia del municipio, quitándole el control de la seguridad a la policía municipal y exigiéndole a ésta que certifique a sus elementos para seguir trabajando.


Es tal la violencia en el lugar que incluso han caído soldados del Ejército mexicano en enfrentamientos con criminales, como sucedió en noviembre de 2023, cuando hombres armados, presuntamente del CJNG, emboscaron a un vehículo militar, disparándole desde una camioneta con blindaje artesanal.


Apenas en febrero pasado fueron liberadas, en un operativo, 36 personas que habían sido obligadas a trabajar en un campamento clandestino, semejante al que se encontró en Teuchitlán. Allí se detuvo a siete personas y se aseguró una gran cantidad de armas.


En medio de eso, fue solicitado un nuevo examen de control y confianza para evaluar la integridad y competencia de los policías municipales. Ocho elementos, de entre 22 y 31 años de edad, enviados a Guadalajara con ese propósito, fueron interceptados en el camino y asesinados.


Los cuerpos de algunos de ellos aparecieron mutilados y embolsados sobre la carretera que conecta con Villa Hidalgo, municipio vecino que vive una violencia semejante. La camioneta en que se desplazaban apareció en Lagos de Moreno.


Cuando las autoridades quisieron hablar sobre ese crimen con el exalcalde de Teocaltiche, el morenista Juan Manuel Vallejo –quien perdió la elección del año pasado contra Margarita Villalobos, de la alianza Va por México–, no pudo ser encontrado, pues ya no vive en el municipio.


El hartazgo con la situación y la falta de resultados por parte de las autoridades para devolver la paz a la comunidad llevaron al activista local Juan Pablo Alonzo Estrada, de la organización Frente Teocaltiche por Nuestra Gente, a viajar a la Ciudad de México para entrevistarse con funcionarios de la Secretaría de Gobernación. Uno de los temas de la reunión, que se llevó a cabo el 3 de marzo, era el asesinato de los policías.


El 30 de marzo, dos hombres armados irrumpieron en la vivienda de Alonzo, en la cabecera municipal y lo asesinaron, dejando herida a su hermana Hilaria. Los asesinos huyeron con rumbo a Zacatecas. En un comunicado, el Frente denunció la violencia que se está viviendo en Teocaltiche, donde habían ocurrido cinco asesinatos en las 24 horas anteriores. El grupo agregó que la Secretaría de Gobernación no había cumplido con su promesa de establecer medidas de seguridad para acabar con los problemas en el municipio.


¿Qué está pasando en este país, que un ciudadano que tiene el valor de venir a la capital a pedir ayuda al gobierno federal, termina asesinado, menos de un mes después, en su propia casa?


Parece que los puntos de horror, donde mandan los criminales, no las autoridades constituidas, se multiplican por el país.

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