![]() | Bitácora del directorPascal Beltrán del Río |
| 11 Feb 2025 - 09:08hrs
El próximo 1 de mayo se cumplirán 65 años de uno de los incidentes más recordados de la Guerra Fría: el derribo de un avión espía estadunidense U-2 sobre territorio de la Unión Soviética y la captura de su piloto, Francis Gary Powers, quien salvó la vida gracias a que se lanzó en paracaídas, aunque fue capturado al bajar y pasó 21 meses en una prisión hasta que regresó a su país en un intercambio de presos.
Powers tenía la instrucción de apretar el botón de autodestrucción de la aeronave en caso de verse comprometida su misión, pero no logró hacerlo antes de salir expulsado. Eso permitió a las autoridades soviéticas recuperar los restos del U-2 y descubrir el instrumental de espionaje que llevaba a bordo.
Puesto a volar un lustro antes, el avión había sido, hasta ese momento, uno de los secretos mejor guardados de la inteligencia estadunidense. Su capacidad de volar a una altitud mayor a los 20 kilómetros lo hacía inalcanzable para los sistemas de defensa soviéticos, hasta que Moscú desarrolló el misil tierra-aire S-75 Dvina, mismo con el que logró derribar el U-2 que había despegado de Pakistán y que piloteaba Powers en solitario.
Dos años después ocurrió un hecho similar, cuando una aeronave del mismo tipo sobrevolaba Cuba, para recabar datos sobre el despliegue de armas nucleares soviéticas en la isla, lo cual daría pie al episodio conocido como la Crisis de los Misiles.
Estados Unidos dejó de fabricar los U-2 en 1989, al final de la Guerra Fría, pero los ha seguido utilizando. Por ejemplo, durante las ocupaciones de Irak y Afganistán. Lo sorprendente es descubrir ahora –por información divulgada ayer por CNN– que su más reciente objetivo ha tenido que ver con los cárteles mexicanos.
A decir de la cadena televisiva, las fuerzas armadas estadunidenses usaron un avión U-2, el lunes 3 de febrero, para sobrevolar durante seis horas la frontera entre México y Estados Unidos con ese propósito. Se dice que en apenas ocho horas dicho avión puede captar hasta el más mínimo detalle de un territorio tan extenso como California –al punto de tomar fotos legibles de las portadas de los periódicos en un quiosco– e incluso puede recabar datos de forma horizontal, es decir, sin volar directamente sobre un objetivo. En días recientes, también se habrían usado aeronaves P-8, que suelen emplearse en el rastreo de submarinos.
“El Departamento de Defensa estadunidense ha enviado aviones de reconocimiento a la frontera con México, operando por lo menos 18 vuelos de aeronaves espía sofisticadas sobre Texas y el espacio aéreo internacional que rodea la península de Baja California, a fin de recabar información de inteligencia sobre los cárteles mexicanos, de acuerdo con datos abiertos y de tres funcionarios estadunidenses familiarizados con la misión”, dio a conocer CNN.
Los 18 vuelos habrían tenido lugar en el lapso de nueve días, entre el 28 de enero y el 6 de febrero. De acuerdo con fuentes militares consultadas, lo normal es que ocurra uno de esos vuelos cada mes.
La televisora publicó un mapa que muestra tres rutas principales: una, que ya se conocía –de la que le informé aquí la semana pasada–, cubierta por un avión espía Boeing RC-135V Rivet Joint, que dio la vuelta a la península de Baja California y sobrevoló el mar de Cortés, cerca de la costa de los estados de Sinaloa y Sonora; otra, en los límites de Sonora con Arizona, y una tercera, siguiendo el curso del río Bravo, aproximadamente entre Ciudad Acuña, Coahuila, y Matamoros, Tamaulipas, aunque del lado estadunidense de la frontera.
Será interesante conocer la postura de las autoridades mexicanas, las cuales han minimizado la presencia reciente de barcos y aviones militares estadunidenses cerca de territorio nacional.
La pregunta obvia es qué andan haciendo esos aviones espía en los límites de nuestro país. ¿Buscan información para fortalecer su declaratoria de los cárteles como organizaciones terroristas?; ¿quieren dotar a las autoridades mexicanas de datos para que actúen contra ellos?, o ¿están alistándose para una acción militar propia? No tardaremos en saberlo.