Desaparecidos: la crisis que la CDMX se resiste a reconocer

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 23 Ene 2025 - 08:39hrs

“¿Por qué siempre usas tenis y nunca zapatos?”, preguntó un día Jaqueline Palmeros a su hija Monserrat.


“Mamá, imagínate que un día me quieren hacer algo, ¿cómo corro con zapatos?”, le respondió.


El 24 de julio de 2020, Monserrat Uribe Palmeros desapareció en la colonia Apatlaco, alcaldía Iztapalapa, cuando iba hacia una cita de trabajo. Ese día se le vio en la esquina de Eje 5 Sur y calzada de la Viga. Videos del C5 y de cámaras privadas, obtenidos por su madre, muestran que la joven, que entonces tenía 21 años, abordó allí un vehículo particular de color gris. Fue lo último que se supo de ella.


Durante más de cuatro años, Jaqueline siguió incesantemente su rastro. En noviembre del año pasado, durante una búsqueda realizada por el colectivo Una Luz en el Camino, los restos de Monserrat fueron encontrados, junto a los de otras personas, en el paraje conocido como Llano de Vidrio, en el Ajusco. Hace más de una década que se sabe que ese lugar ha sido utilizado por grupos delictivos para enterrar a sus víctimas, pero eso no ha bastado para ameritar una vigilancia especial.


El 17 de enero, la nueva titular de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Bertha Alcalde, comunicó a Jaqueline que uno de los cuerpos recuperados correspondía a su hija. Lo sucedido con Monserrat ha echado luz sobre el tema de las desapariciones en la capital. Este delito casi se ha cuadruplicado desde que tomó posesión Clara Brugada como jefa de Gobierno.


Durante el pasado sexenio local, se acumularon 3 mil 685 desapariciones, un promedio de 1.68 al día. Sin embargo, en 110 días de la administración de Brugada, van 685 casos, 6.28 diarios. En ese mismo lapso, la capital se ha colocado como segundo lugar nacional, sólo detrás del Estado de México.


Una de cada cinco desapariciones en la Ciudad de México ocurre en Iztapalapa, demarcación donde Monserrat fue sustraída y que fue gobernada por Brugada durante ocho de los últimos 15 años.


Quizá por los datos antes expuestos, esta semana Brugada por fin abandonó el silencio sobre el tema. Su gobierno había evitado referirse a la crisis de desapariciones que se vive en la ciudad, a pesar de que participa en él Alejandro Encinas, el exsubsecretario de Gobernación, quien en el pasado sexenio federal encabezó las investigaciones sobre el caso Ayotzinapa.


Por cierto, lo mismo ocurre con el gobierno federal, a pesar de los casi 4 mil 400 casos que se han acumulado desde el inicio del sexenio. El tema no alcanzó mención en el informe de los primeros 100 días de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum.


El martes, Brugada afirmó que su gobierno dará prioridad a la búsqueda de personas ausentes. Incluso, informó que hoy jueves habrá una reunión con colectivos de familiares de personas desaparecidas para definir una estrategia. Sin embargo, en una entrevista que me dio ayer para Imagen Radio, Jaqueline Palmeros afirmó que el colectivo Una Luz en el Camino, del que ella es integrante, no ha recibido invitación para participar.


“Es indignante que jueguen así con la información”, me dijo. “Para ellos nunca ha existido este problema. Los desaparecidos no les importan, a pesar de que hay casi 6 mil casos no resueltos en la capital. No hay presupuesto para las búsquedas. Este año sólo aumentó en 500 mil pesos, que no es nada. En cambio, se la pasan haciendo eventos masivos, en lugar de preocuparse por las víctimas”.


Agregó: “Nosotros, con todo el dolor que llevamos a cuestas, hemos tenido que agarrar la pala, el pico y los volantes para salir a hacer el trabajo que deberían estar haciendo ellos. Si no hay siquiera el reconocimiento del problema por parte del gobierno, nunca vamos a avanzar”.


Cada día desaparecen seis personas en la Ciudad de México, la cuarta parte está en el rango de 15 a 19 años de edad. Debemos prestar atención al peligro que nos acecha a todos. Si algo permite a la autoridad no atender esta crisis, es la indiferencia colectiva.

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