Bitácora del directorPascal Beltrán del Río |
| 16 Ene 2025 - 08:50hrs
María tiene 16 años y Juan, 27. Ella vive en Iztapalapa y él, en Culiacán.
Quizá ni María ni Juan lo saben, pero ambos están, por su edad y el lugar donde viven, en alto riesgo de engrosar la lista de personas cuyo paradero se desconoce.
En los tres meses y medio que lleva el sexenio, cuatro mil 280 individuos han sido inscritos en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, un promedio de 40 al día.
De ellos, dos mil 980 son hombres y mil 310 son mujeres. Casi la cuarta parte del total (mil 20) son menores de edad, de los cuales 56% son del sexo femenino.
Entre éstas, ningún grupo de edad hay con mayor número de desapariciones que las de 16 años. De acuerdo con el Registro, 122 jovencitas están en esa condición. Dos terceras partes se concentran en cuatro entidades: Ciudad de México (34), Estado de México (28), Puebla (13) e Hidalgo (6).
Si se pone la lupa en la capital del país, la alcaldía donde desaparecen más adolescentes mujeres de 16 años es Iztapalapa, y, en concreto, cuatro de sus más de 100 colonias. En una de ellas vive la chica a la que llamo María y por eso digo que está en riesgo.
Juan, como le cuento, tiene 27 y vive en la capital del estado donde ha desaparecido el mayor número de hombres de su edad. De los 113 ausentes que hay en ese grupo, 19 desaparecieron en Sinaloa, y nueve, en Culiacán. Detrás vienen el Estado de México, con 12 casos de desaparición de hombres de 27 años, luego está Sonora, con 10, y Ciudad de México, Chiapas, Zacatecas, Michoacán y Nuevo León, con siete cada uno.
Toda esta información, correspondiente a los primeros 107 días del sexenio, la tiene el gobierno. Por eso no se entiende que no exista una estrategia para atender la crisis de las desapariciones.
Si la hubiera, María y Juan, y otros en su entorno, tendrían una vigilancia especial y habrían recibido información para evitar situaciones de peligro. Pero, como le digo, lo más seguro es que María y Juan ni siquiera estén enterados de la sombra que se cierne sobre ellos. Nadie les ha dicho que están a nada de convertirse en un número, en uno más de los ausentes.
No hace falta ser muy perspicaz para saber qué espera a María en caso de ser desaparecida. Tampoco, para entender que la guerra entre criminales que sangra a Sinaloa desde hace cuatro meses ha creado un hoyo negro que se traga a muchos.
Hay datos suficientes para comprender el fenómeno de las desapariciones. Lo que no parece haber es el deseo de enfrentarlo.
BUSCAPIÉS
*Dos de los futuros funcionarios estadunidenses que tendrán que dar su visto bueno para incluir a los cárteles mexicanos en la lista de las organizaciones terroristas internacionales (FTO, por sus siglas en inglés), y así solicitarlo al Congreso, adelantaron ayer que están a favor de proceder de ese modo. Así lo dijeron, en sus respectivas audiencias de confirmación ante el Senado, Marco Rubio y Pamela Bondi, a quienes el presidente electo Donald Trump propone como secretario de Estado y fiscal general. Mañana comparece el tercero, Scott Bessent, quien va para secretario del Tesoro. Rubio incluso no descartó que se vaya a usar la acción militar contra los delincuentes mexicanos.
*El lunes le comentaba que el hecho de que la Presidenta no se distancie explícitamente de su antecesor no significa que no acabe haciéndolo en los hechos. Ahí está el regreso de las compras consolidadas de medicamentos y las estancias infantiles, cosas que se habían eliminado el sexenio pasado; el reconocimiento de que el desarrollo del país requiere del concurso de las empresas privadas (Plan México), algo que rema contra la visión puramente estatista que prevaleció hasta el año pasado, así como las investigaciones sobre el gobierno de Cuauhtémoc Blanco, a quien Andrés Manuel López Obrador defendía contra viento y marea. Todo esto, esta misma semana. La realidad se impone.