Mil menores sustraídos

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 15 Ene 2025 - 09:56hrs

La crisis de desapariciones que vive el país –ocurren casi 40 casos al día, en promedio, desde el inicio del sexenio– tiene un aspecto aún más siniestro: la sustracción de un millar de menores de edad.


El lunes, cuando preparaba la entrega del día siguiente de esta Bitácora, advertí que el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas daba cuenta de esa terrible realidad. Ayer por la tarde, al escribir estas líneas, eran mil 11 los casos.



De ellos, 256 correspondían a niños (de cero a 12 años de edad), de los cuales 133 son hombres y 122, mujeres. Igual que ocurre con las desapariciones en general, la mayoría de esos casos, 107, sucedieron en el Estado de México. Le siguen la Ciudad de México, con 37, y Puebla, con 35.


Entre estos 256 casos está el de las hermanas Mía, Alhena y Anyela Venta Ramírez, quienes fueron sustraídas en Santo Toribio Xicohtzinco, Tlaxcala, el 15 de octubre pasado. La desaparición de las niñas –de tres, seis y siete años, respectivamente– fue denunciada por su madre, Sol Ramírez, quien dice haber sido víctima de amenazas desde entonces.


Otro es el de John Mateo Arizmendi Granados, un niño de cuatro años de edad a quien presuntamente se llevó su padre luego de que éste intentó matar a su madre. Los hechos ocurrieron el 26 de diciembre en el municipio de Actopan, Hidalgo.


El resto del grupo de mil menores de edad desaparecidos desde el inicio del sexenio está compuesto por adolescentes, de entre 13 y 17 años de edad. De ellos, 308 son hombres y 447, mujeres.


La Ciudad de México concentra la porción más grande de esos casos, con 179. Le siguen el Estado de México, con 150; Puebla, con 68; Zacatecas, con 33; Sonora, con 32; Chiapas, con 29, y Sinaloa, con 23.


Entre esos 755 casos podemos encontrar a Alejandra Pérez Roldán, quien desapareció el 9 de diciembre pasado en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacan, municipio de Puebla. Se trata de una de las 34 sustracciones de adolescentes que ocurrieron en esa entidad el mes pasado. Para demandar la atención de las autoridades, los familiares de Alejandra bloquearon la carretera Puebla-Tlaxcala el 28 de diciembre.


Uno más es el de Yazmín Guadalupe Jiménez Bocanegra, de 16 años de edad, quien el 26 de octubre salió de su casa en Villahermosa, Tabasco, y no regresó.


El sexenio pasado, se registró la desaparición de 53 mil 683 personas, de las cuales siete mil 651 (14.25%) eran menores de edad en el momento de la sustracción. En lo que va del actual periodo de gobierno, la proporción de niños y adolescentes entre las personas ausentes aumentó a casi la cuarta parte.


Pese a que un menor de edad desaparece en México cada dos horas y media, no se ha dado a conocer una estrategia específica, ni para las desapariciones en general ni para éstas en específico.


Descargar la responsabilidad de encontrar a estos menores de edad en los padres y colectivos de búsqueda significa abjurar de las obligaciones que tienen las autoridades. Pero no sólo eso: representa una incongruencia de parte de un gobierno que dice estar preocupado por los jóvenes.


Sin duda es loable atender la necesidad de dotarlos de vivienda accesible –ojalá se haga sin afectar los ahorros de los trabajadores–, pero cerrar los ojos ante los riesgos que están corriendo niños y adolescentes es negarles los derechos más elementales.


 


BUSCAPIÉS


*Luego de arrastrar los pies por varios días, la Fiscalía General de Justicia de Oaxaca por fin reconoció la desaparición de siete personas que el fin de año viajaron a la costa del estado desde la región de los Valles Centrales, y emitió las respectivas fichas de búsqueda. Entre ellos está el joven Yurem de Jesús Barrios Martínez, de 17 años de edad. Su tía, Jacquie Martínez, publicó en Facebook que Yurem fue visto por última vez en Río Grande, aunque la Fiscalía dice que la desaparición ocurrió en Oaxaca capital.

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