Desaparecidos: el reto de tomar en serio el tema

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

| 03 Dic 2024 - 09:06hrs

Con 15 mil de las 119 mil desapariciones consignadas en el Registro Nacional en la materia, y 6 mil 700 de las 55 mil 900 sucedidas en los últimos seis años, Jalisco es la entidad más afectada por este flagelo social (aunque el Estado de México últimamente ha comenzado a hacerle competencia).


Pablo Lemus, quien se convertirá en gobernador de Jalisco el próximo viernes, prometió que, a diferencia de sus antecesores, no se desentenderá de esta tragedia, al anunciar que creará una posición específica dentro de su gabinete para hacerle frente, misma que llevará el nombre de Inteligencia y Búsqueda.


Lo que ha predominado a nivel nacional en torno de este tema ha sido la indolencia por parte de las autoridades. Los familiares de desaparecidos, agrupados en colectivos, han tenido que realizar ellos mismos el trabajo de búsqueda, en condiciones de precariedad económica, sin apoyo logístico de quienes tienen la obligación de velar por la seguridad de los gobernados y con gran riesgo para su propia vida.


Muchas madres buscadoras han sido asesinadas –como ocurrió en 2023 con Teresa Magueyal, quien llevaba tres años buscando a su hijo José Luis, desaparecido en Guanajuato– o han muerto de causas naturales, a menudo potenciadas por la tristeza, al no tener noticias del paradero de su(s) ser(es) querido(s).


Cuando tienen suerte, los familiares se enteran de que los restos del desaparecido que buscan fueron localizados en algún entierro clandestino, de los que abundan en el país, como la fosa encontrada recientemente en Salvatierra, Guanajuato, donde había más de 80 cuerpos, o como alguna de las cerca de 200 fosas que han sido excavadas en la zona metropolitana de esta capital. O bien, encuentran el cadáver en alguna morgue, como le sucedió a la zacatecana Virginia de la Cruz, quien llevaba meses buscando información sobre su hijo.


Es una desgracia que esos sean los casos afortunados. Pero lo son porque hay decenas de miles que no logran cerrar ese terrible capítulo de sus vidas y siguen acudiendo a las agencias del Ministerio Público y a los hospitales, en busca de que les den algún indicio, o –una vez que se ha esfumado la esperanza de que regresen a casa– emprenden penosas tareas de rastrillaje en áreas rurales o lotes urbanos baldíos, esperando hallar allí lo que queda de los desparecidos.


Ayer, en entrevista para Imagen Radio, Lemus se dijo convencido de que su estrategia arrojará resultados. Será, en todo caso, la primera vez que una autoridad reconozca oficialmente la gravedad del problema al tiempo que implementa, dentro del Ejecutivo, un programa de amplio espectro para solucionarlo.


Debe decirse que no es sencillo lo que se propone el próximo gobernador jalisciense, pues no sólo es encontrar a los ausentes –muchos pudieron haber sido asesinados y sus cuerpos calcinados para obstaculizar cualquier rastreo–, sino acabar con los incentivos para seguir desapareciendo personas.


El caso Ayotzinapa muestra que la atención gubernamental sin resultados puede dar lugar a conflictos muy desgastantes.


Hay que reconocer a Lemus que pudo haber iniciado su gobierno mirando para otro lado, en cambio, decidió tomar el toro por los cuernos con todos los riesgos políticos que representarían para él no satisfacer a los colectivos de búsqueda, en parte porque el éxito dependerá de la colaboración del gobierno federal en asuntos como la integración de una base de datos genéticos completa y confiable, cosa que él no puede garantizar.


Nadie podrá culpar a los colectivos de que al asistir a reuniones con él y sus funcionarios –como ayer me dijo Lemus que ocurrirá en los primeros días del nuevo sexenio estatal–, lo hagan con una gran dosis de escepticismo por la decepción que les ha ocasionado la actitud de diversas autoridades federales y locales a lo largo de los años recientes.


Sin embargo, es loable que el próximo gobierno de Jalisco intente algo diferente: una estrategia que, me dijo el mandatario electo, será encabezada por una persona muy avezada en asuntos de inteligencia, nombre que dará a conocer en pocos días.


Y es que, vistos los resultados, todo lo que se ha hecho antes por los desparecidos ha sido un inmenso fracaso, cuando no una perversa tomadura de pelo.

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