Bitácora del directorPascal Beltrán del RÃo |
| 26 Nov 2024 - 08:39hrs
Minutos antes de las seis de la tarde, apareció un mensaje en la cuenta de Donald Trump en la red Truth Social.
En él, el presidente electo de Estados Unidos amenazó con hacer pagar a México y a Canadá “un precio muy alto” por permitir que, a través de sus fronteras, pasen “drogas, en particular fentanilo, y migrantes ilegales” hacia territorio estadunidense.
El 20 de enero, escribió, “firmaré documentos para cobrar a México y Canadá un arancel de 25% sobre todos los productos que entren en Estados Unidos”. Y agregó: “Dicho arancel mantendrá su efecto (…) hasta que pare la invasión a nuestro país”.
Durante la pasada campaña electoral, Trump se refirió muchas veces a aplicar aranceles, para revertir los déficits comerciales que Estados Unidos tiene con otros países, y para obligar a las empresas manufactureras que venden bienes a los estadunidenses a que vuelvan a producirlos localmente. “Arancel es la palabra más bella del diccionario”, repetía en muchos mítines.
En mayo de 2019, durante su primer cuatrienio en la Casa Blanca, anunció que impondría aranceles a las exportaciones mexicanas hasta que el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador pusiera un alto a la oleada de migrantes que buscaban cruzar la frontera. Dijo que comenzarían en 5% y aumentarían mensualmente. Sólo cuando México aceptó poner a miles de guardias nacionales a cargo del control migratorio, Trump retiró la amenaza.
En abril de 2022, más de dos años después de haber perdido la reelección ante Joe Biden, Trump relató lo que, en su versión, había sucedido en aquel momento. Durante un mitin en Ohio, para apoyar la candidatura al Senado de J.D. Vance, el hoy vicepresidente electo, Trump afirmó que el acuerdo para que México pusiera a militares a contener a los migrantes se dio en una visita del entonces canciller Marcelo Ebrard a la Casa Blanca.
“Entró (en la Oficina Oval) y se rio de mí cuando le dije que necesitábamos 28 mil soldados en la frontera, gratis. Él me miró y me dijo: ‘¿Por qué haríamos eso?’”. Y ahí fue cuando, según Trump, vino la amenaza de los aranceles. “Nunca he visto a alguien doblarse tan rápido”, alardeó.
En julio pasado, volvió sobre el tema. En un mitin en Michigan, recordó la misma anécdota, pero agregó que Ebrard le pidió tiempo para consultarlo con López Obrador, cosa que el canciller hizo por teléfono, pues Trump lo estaba apurando, porque tenía “cosas más importantes que hacer”. Según comentó en esa ocasión, Ebrard “volvió y dijo: ‘Señor presidente, nos encantará poner soldados a cuidar la frontera; de forma gratuita, por supuesto’”.
En uno de sus actos de cierre de la pasada campaña, en el que mencionó por primera vez a la presidenta Claudia Sheinbaum, Trump exigió a México que cesara “el embate de drogas y criminales” o impondría un arancel de 25% a todas sus exportaciones, sanción que sería progresiva, igual que aquella con la que amenazó en 2019, sólo que cinco veces más alta. “Funcionará, porque si no, lo elevaré a 50% y luego a 75%, hasta llegar a 100 por ciento”.
Durante una entrevista reciente con la cadena CNBC, el multimillonario Howard Lutnick, a quien Trump anunció la semana pasada como próximo secretario de Comercio, explicó que hablar de aranceles sería una ficha de negociación en una segunda presidencia de Trump. Por lo visto, ya la está usando. La primera vez que lo hizo, le funcionó. ¿Volverá a ceder México ante la advertencia? No tardaremos en saberlo.
Hay quien dice que Trump no se atrevería a poner aranceles tan altos, porque eso incrementaría los precios que pagan los estadunidenses, quienes rechazaron la continuidad del Partido Demócrata en la Casa Blanca a causa de la inflación.
¿Afectaría a Estados Unidos entrar en una guerra de aranceles con México? Sin duda, nada más recordemos que nuestras exportaciones son la tercera parte del PIB del país, y que 80% de ellas va hacia Estados Unidos, mientras que allá representan menos de 7% de su economía.
Aunque aún faltan dos meses para que Trump tome posesión, su mensaje de ayer hizo que, de golpe, el dólar se encareciera casi medio peso.