Cruzar la frontera

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

.

| 06 Feb 2024 - 09:06hrs

Recientemente leí el libro “todas somos desplazadas” de la famosa activista y escritora Malala Yousafzai, al terminarlo me puse a investigar más sobre su historia y me parece de las más impresionantes que he leído. Una historia llena de valentía y amor de sus padres y de las personas que nunca la abandonaron.


Malala es una mujer de 26 años nacida en Mingora, Pakistan. Lo trágico de su historia comienza cuando ella tenía apenas 11 años, con la entrada de los talibanes a Pakistán. Ella empezó a relatar todo lo que se vivía en su hogar a través de una columna que publicaba en la BBC.


Durante mucho tiempo vivió en incertidumbre y sin un lugar al cual llamar hogar, simplemente se movían ella y su familia de un lugar a otro para cuidarse. Su padre, del cual ella sacó todo su valor y su valentía también era un gran activista en su comunidad y luchaba por la educación de las niñas.


Con el paso del tiempo regresaron todos a su hogar y aparentemente iban a poder llevar una vida tranquila, jamás se esperó que un día de camino a la escuela, en su autobús, le dispararan como consecuencia del activismo que llevaba a cabo. Su vida corrió tanto peligro que toda su familia decidió dejar el país.


Ella fue trasladada a Londres, a un hospital donde recibió la mejor atención y pudo recuperarse del todo, ese lugar se había convertido en una salvación para ella y su familia. Rehicieron su vida y no regresaron en casi 5 años a Mingora, ya que, a pesar del tiempo transcurrido, seguía corriendo peligro.


Ella cuenta ya con dos libros en los que habla de su historia y de todas las cosas que vivió, los obstáculos que tuvo que pasar y los grandes logros que ha tenido; entre ellos haber ganado el premio nobel de la paz en 2014, convirtiéndose, cuando tenía 17 años, en la persona más joven en recibir ese premio.
Pero del libro del que estoy hablando trata de muchas otras historias y mujeres que han sido desplazadas y refugiadas debido a las guerras de sus países. La guerra contra el crimen organizado e incluso a la situación económica insostenible en sus países. Eso me hizo investigar un poco más sobre México y en general América.


Antes de arrojar los datos que investigué debo aclarar que un desplazado no es lo mismo que un refugiado; una persona desplazada internamente es aquella que dentro de su país tiene que dejar su casa y moverse a otro lado; el refugiado es aquella persona que debe dejar su país y pedir asilo en otro país.


Para llegar a ser refugiado se necesitan hacer muchos trámites, se tienen que sacar visas que, en múltiples ocasiones, son rechazadas; se hacen exámenes y entrevistas para determinar si las personas son aptas para entrar al país. Muchas veces no se las otorgan a todos los miembros de la familia.


En el mundo existen aproximadamente 108 millones de personas desplazadas. Según estadísticas de la ONU, en América Latina son 7 millones de personas que tuvieron que dejar sus hogares por guerras, el crimen organizado, la trata de personas y en general, grupos armados.


Los países de Centro América que más tienen refugiados y desplazados son El Salvador, Honduras y Guatemala. México recibe un aproximado anual de 130,000 solicitudes para asilo. Recordemos que México se ha caracterizado por ser un país que históricamente ha recibido refugiados.


Sin embargo, México sufre de una fuerte cantidad de desplazamiento interno debido a la violencia que se vive en el país; según el Observatorio de Desplazamiento Interno en su informe anual, arroja que 379,000 personas han sido desplazadas por ese motivo.


Esas cifras dificultan todavía más que México otorgue los visados necesarios para todas las solicitudes que se hacen, y la consecuencia de eso es la migración de las personas; cruzar el país y arriesgarse día con día al peligro de cruzar de manera “ilegal” una frontera.


La organización Internacional para las Migraciones señala que la ruta migratoria terrestre más peligrosa del mundo es entre México y Estados Unidos, dejando cada año, un aproximado de 686 personas fallecidas a lo largo de toda la frontera.


Estos datos alarmantes me dejan pensando en todo lo que ocasiona la guerra, el narcotráfico y el mal manejo de la economía de un país, me hace valorar también mucho más a lo que llamo mi hogar. Ojalá a mis lectores les deje la misma reflexión.


Tal como lo es para el Secretario General de la ONU; António Guterres “debemos trabajar, hoy y siempre, por una gestión más humana y ordenada de la migración en beneficio de todos, incluidas las comunidades de origen, tránsito y destino”.


 


 

Más entradas de Tinta y tinte de una mujer