Elección en Morena: ¿ensayo para 2024?

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 01 Ago 2022 - 09:11hrs



Una “auténtica democracia” es uno de los legados que el presidente Andrés Manuel López Obrador se ha propuesto dejar a los mexicanos después de que deje el poder en exactamente 26 meses.


Desde la época de Francisco I. Madero, dijo el año pasado en gira de trabajo por Yucatán, “no hemos tenido un verdadero sistema político democrático, siempre las trampas, siempre la compra del voto, siempre el relleno de urnas, siempre el tráfico con la pobreza de la gente, siempre la falsificación de las actas, siempre el fraude”. Por ello, prometió que “como herencia, como legado a las futuras generaciones (...) va a quedar el ejemplo de que en este tiempo se respetó la voluntad del pueblo, que hubo auténtica democracia”.


A juzgar por lo sucedido el pasado fin de semana en las elecciones celebradas por Morena para escoger a los delegados a su próximo congreso nacional, el movimiento que encabeza López Obrador no está en la mejor posición para cumplir esa promesa. Y es que, a lo largo de país, se observó todo aquello que condenó esa vez el mandatario y más.


Por el trabajo de los reporteros de Excélsior, así como por videos colgados en las redes sociales, conocimos cómo se las gastan en el partido del gobierno. Fueron tantas las denuncias de irregularidades que me hicieron llegar que pude subir un largo hilo en mi cuenta de Twitter.


Hubo evidencias de acarreo de militantes a los centros de votación; denuncias de presiones contra beneficiarios de programas sociales para que acudieran a votar, aunque desconocieran de qué se trataba el proceso; entrega de dinero y despensas a cambio de votar por determinados candidatos; voto de menores de edad; influyentismo para no hacer fila; relleno y quema de urnas; gritos y manotazos... ¿Será esa la “auténtica democracia” que ha ofrecido López Obrador? Lo que vimos el fin de semana, ¿será un ensayo para 2024?


Habrá que ser muy caradura para negar este desaseo, que fue registrado, además, por los propios militantes del partido.


Al alcalde de Poza Rica, el exbeisbolista Fernando El Pulpo Remes —amigo del presidente López Obrador y uno de los que gana más que él—, lo sorprendieron saltándose la fila. “¿Dónde quieres que me forme? ¡No estés chingando!”, respondió ante los reclamos.


Lo mismo pasó, en Puebla, con Elizabeth Sánchez Vilchis —la encargada de la sección semanal “¿Quién es quién en las mentiras?”, en las mañaneras del mandatario—, quien se metió a votar por la salida de la casilla, con su esposo y su adultos mayores a los que se llevó a votar con la promesa de recibir apoyos o la amenaza de que los perderían si no acudían, hicieron largas filas a rayo del sol, como ocurrió en el deportivo Sindicato Mexicano de Electricistas, en Calzada del Hueso, Coyoacán, donde un anciano confesó a este diario que participaba “porque me dijeron que así nos van a seguir ayudando en la colonia”.


En Cárdenas, Tabasco, y Pueblo Nuevo Solistahuacán, Chiapas, quedaron grabadas imágenes de menores de edad participando en la votación.


En el municipio de Zongolica, en Veracruz, las urnas fueron quemadas por un grupo que denunció que había acarreo.


Como le digo, esas y otras irregularidades fueron documentadas por los mismos miembros del partido, como el académico John Ackerman —enojado desde que despidieron a su esposa de la Secretaría de la Función Pública y le negaron la candidatura al gobierno de Guerrero a su cuñado—, quien denunció: “Tenemos un proceso de lleno de las viejas prácticas de mapacheo de compra y coacción del voto”. La secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, reconoció que su partido va a tardar en construir una nueva cultura política y aseguró que “pseudoliderazgos” que fomentan el acarreo y la coacción del voto no tendrán cabida en el movimiento.


Tanta crítica al INE por parte del oficialismo se revirtió en un par de días, pues su supuesta autoridad moral para practicar la democracia no se vio por ningún lado, en un proceso organizado por Morena, que lo hace a uno entender por qué en ese partido prefieren las encuestas que las elecciones internas.


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