La herencia

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

.

| 18 Sep 2024 - 10:28hrs

En la Bitácora del 8 de julio pasado, le comentaba que, después de la reelección, el mayor estigma en la política mexicana es que los hijos de los presidentes quieran caminar en las huellas de su padre. Andrés Manuel López Obrador pretende poner a prueba ese principio como uno de sus últimos actos antes de dejar el poder.


El próximo domingo, Morena celebrará su VII Congreso nacional, cuyo propósito central será el relevo de su dirigencia. Salvo que sobrevenga una decisión en sentido contrario, todo está listo para ungir a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, como lideresa del partido, y a Andrés López Beltrán, hijo del Presidente, como secretario general.


De concretarse esta decisión, será una forma más de López Obrador para dejarle a su sucesora, Claudia Sheinbaum, todo “atado y bien atado”, por usar una expresión del dictador Francisco Franco. Es decir, no sólo le heredará bancadas oficialistas en el Congreso pobladas y manejadas por allegados suyos, lo mismo que la mitad del próximo gabinete, sino una dirigencia partidista escogida por él. Y para que no quepa duda de “quién manda aquí”, la presencia de su hijo en la secretaría general.


Para encontrar un antecedente a lo que ha hecho López Obrador con la colocación de sus hijos en espacios de poder hay que remontarse a Plutarco Elías Calles, quien puso al suyo –Rodolfo Elías Calles Chacón– como secretario de Comunicaciones y Obras Públicas en el gobierno de Lázaro Cárdenas.


Fito, como lo conocían sus cercanos, estaba en una posición privilegiada para cuidar de los negocios familiares. Sin embargo, Cárdenas, en una muestra de independencia frente al llamado del Jefe Máximo, despidió al hijo de Calles, junto con el resto del gabinete, a los siete meses de tomar posesión. Y menos de un año después, mandaría al exilio al general sonorense, poniendo fin al Maximato.


Lo sucedido con Fito marcaría el destino de los hijos de los presidentes que han pretendido ascender en la política a la sombra de papá. Hay quien, en modo lambiscón, ha recordado que Cuauhtémoc Cárdenas, el hijo de Lázaro Cárdenas, aspiró tres veces a la Presidencia y eso justificaría que Andrés López Beltrán, o Andy, participe en política.


Primero, es una osadía comparar a ambos personajes. Segundo, la carrera política del ingeniero Cárdenas tomó vuelo ya habiendo muerto su padre. Tercero, buscó la Presidencia desde la oposición, no desde la comodidad del dedazo.


Aquí estamos hablando de otra cosa: de un intento de heredar el poder político, algo que, por cierto, va a tono con la demolición de la República que busca hacerse mediante la reforma judicial.


Por el bien de todos, valdría la pena que el aún Presidente metiera freno en este intento de delfinato. Quizá porque el congreso de Morena ocurrirá antes de que ella tome posesión, Sheinbaum –quien tenía sus propias opciones para la dirigencia del partido– no tiene todavía la fuerza política para impedir el ascenso de Andrés.


Eso la dejaría con dos posibilidades a partir del 1 de octubre: defenestrar a Andy, como hizo Lázaro Cárdenas con Fito, o aguantar que la sabiduría popular le dedique frases como una que pintaron en una barda de Chapultepec durante el mandato de Pascual Ortiz Rubio: “Aquí vive el Presidente, pero el que manda vive enfrente”.


López Obrador debiera saber que los mexicanos no son indulgentes con los exmandatarios en general ni con los hijos de presidentes que buscan la relevancia pública.


Ahí está, como ejemplo, la letra de Abuso de autoridad, canción de El Tri, que inmortalizó para mal a uno de ellos, quien se sentía estrella de la música por organizar reventones en la residencia presidencial: “Y las tocadas de rock / ya nos la quieren quitar / ya sólo va a poder tocar / el hijo de Díaz Ordaz”.


BUSCAPIÉS


*En un impresionante operativo de inteligencia, Israel dotó de bípers a centenares de miembros de Hezbolá. Los localizadores, con los que la organización terrorista libanesa sustituyó el uso de celulares para evitar el espionaje en su contra, estaban alterados y estallaron simultáneamente, hiriendo e incluso matando a varios de sus portadores. De película.

Más entradas de Bitácora del director