Yo también estoy cansada

Tinta y tinte de una mujer

Valeria Aime Tannos Díaz

.

| 09 Jul 2024 - 09:01hrs

Durante el tiempo que llevo escribiendo me han hecho una pregunta que se repite constantemente entre mi circulo social ¿qué me llevó a escribir acerca de estos temas? Y la respuesta más corta y simplificada es el cansancio. El estar cansada de tantas injusticias y tanta violencia; violencia hacia todos los grupos vulnerados. Una cosa me llevó a otra.


 


Hago este comentario porque justo hace unos días encontré un libro de una escritora española, autora de varios libros conocidos, entre los que están “Feminismo para principiantes”, “Feminismo 4.0. La cuarta ola”, “El síndrome de Borgen” y el que estoy leyendo ahora: “Cansadas”. Me refiero a la escritora y periodista, Nuria Varela.


 


Una mujer a la cual le he seguido su trayectoria feminista desde hace varios años. Lo que más me ha gustado de ella, dentro del feminismo, es que, aunque su feminismo es radical, ha entrado también al feminismo institucional, ya que formó parte del Ministerio de Igualdad en España.


 


Quien aparte de tener varios libros, tienes unos ensayos muy buenos que invitan siempre a la reflexión. El libro “cansadas” se publicó en 2020 y, aunque ya tiene varios años de su primera edición, los temas son muy frescos y, desgraciadamente, no ha cambiado mucho el panorama. Sin duda su libro me ha atrapado por completo en cada página.


 


Es justo por esa lectura, y la pregunta que me suelen hacer, que ahora escribo este artículo y daré un poco de contexto en ambos temas. Justo como lo explica Nuria, me cansé de la violencia, de la desigualdad de género, de la misoginia por la que las mujeres pasamos todos los días, de ni siquiera gozar de los derechos que tenemos de elección de nuestro propio cuerpo.


 


Ella lo desglosa, prácticamente, en dos temas: el primero es el cansancio físico y el segundo es un cansancio mental y emocional (ambos son igual de importantes). En el tema físico ella lo dirige más al ámbito laboral y a la desigualdad respecto a las horas de trabajo y la poca remuneración.


 


En el ámbito emocional explica que es un cansancio que no cesa. No cesa la violencia, la misoginia, el hacernos guardar silencio en cada momento, y conlleva un punto muy importante de incluso tener que aguantar lo que ella llama “justicia simbólica”, lo cual también es señal de machismo y misoginia.


 


En mi trayecto como feminista, como columnista y como activista al acompañar a las mujeres víctimas de esta violencia, me he topado con muchas cosas que diariamente me hacen sentir cansada de todo. Algunas veces, cuando se trata de justicia y de nuestras fiscalías admito que me siento asqueada.


 


El acceso que tenemos a la justicia es tan deplorable, es tan cansado e indignante que seguro me llevaría varias cuartillas poder relatarlo. Cuando hice el primer acompañamiento todavía no me dedicaba a escribir y recuerdo que fue una motivación para tratar de exponer todo lo malo que puede llegar a tener el sistema.


 


Me cansé de pedir la justicia que corresponde, me cansé de explicar una y otra vez lo que tanto daño nos hace, me cansé de exponer las cifras de violencia hacia las mujeres en el país, me cansé de escuchar todos los días a las mismas personas diciendo que las feministas únicamente queremos atención.


 


Fuera del activismo que hago, también me cansé de ser mujer y ver que se nos trata como seres humanos de segunda mano. Me cansé de siempre estar atrás, de no ser escuchada, de ganar un menor salario, de aguantar acoso día tras día, de tener que escuchar que yo me busco lo que me pasa por cómo me visto.


 


Me cansé de que todos los días alguien diga que las mujeres no debemos quejarnos porque tenemos muchos privilegios ¿es un privilegio que 11 mujeres mueran al día por ser mujeres? O ¿es un privilegio que más del 77% de mujeres en México hayamos sufrido acoso? (aunque esa cifra se quede corta).


 


Yo no veo mucho privilegio en tantas cifras que he investigado a lo largo de la trayectoria en la que he estado escribiendo, así como tampoco veo mucho privilegio en que se nos revictimice cuando exponemos un abuso o un delito en nuestra contra. En pocas palabras, me cansé desde el día uno de todo lo que pasa en México contra nosotras.


 


Por lo menos ya tengo más libertad sobre mi cuerpo y sobre el aborto ¿o no?, básicamente concuerdo con casi todo lo que expone Nuria en sus libros, aunque mucho más en el que acabo de leer, que me quedó como anillo al dedo en este punto de mi vida.


 


Yo espero con esto haber respondido tus dudas de qué me llevó a escribir y a entrar en el activismo feminista. No fue una inspiración de aquellas mujeres que lo dan todo por la lucha y el cambio, se trata del cansancio diario y de la lucha diaria de intentar cambiar un poquito el país, y quien sabe, tal vez mañana podríamos estar cambiando el mundo entero.


 


Tal como lo es para Nuria Varela: “Somos más de tres mil millones de mujeres en el mundo que aspiramos a una vida digna, y yo digo que, ya que hemos llegado hasta aquí, no vamos a parar hasta conseguirla”.


 


 

Más entradas de Tinta y tinte de una mujer