Tinta y tinte de una mujerValeria Aime Tannos Díaz |
| 18 Jun 2024 - 07:16hrs
Uno de mis libros favoritos (que, a decir verdad, tengo muchos) se titula “No son micromachismos cotidianos” y fue escrito por las autoras Claudia de la Garza y Eréndira Derbez. La primera edición de este libro salió en 2020. Maneja muchos conceptos, algunos nuevos, y otros no tanto.
Como se infiere desde el título, el libro explica lo que son los micromachismos y lo que es el machismo, en general. Entre las conclusiones a las que llega el libro se dice que ambos conceptos son lo mismo. Es decir, no existen los micromachismos, sino solo el machismo normalizado.
Desde que leí el libro decidí investigar más sobre esa teoría y la he adoptado en mi vida cotidiana, en mi trabajo y en mi opinión respecto al tema, y mis conclusiones son las mismas que las de ellas. Queremos llamar micromachismos a ese machismo que llevamos tan adentro que ya no lo notamos.
Una de las etapas más importantes de volverse feminista es justo pensar en todas las veces que hemos actuado como mujeres machistas (creo que, en distintos puntos de nuestras vidas, todas lo hemos sido) y, a raíz de esa introspección, ir reconociendo y eliminando esas actitudes.
Hoy en día veo cada día a más mujeres que lo notan y lo van erradicando. Hasta la fecha yo me sigo cuestionando algunas actitudes que puedo llegar a tomar, aunque debo reconocerme que he cambiado, desde la raíz, mi manera de pensar y de actuar.
Uno de los principales temas que manejan en el libro, que claro que es machismo, aunque muchas veces no lo notamos, es que cuando vamos al antro hay días en los que ponen de “promoción” que las mujeres no pagamos la entrada (cover), cuando era más joven eso me parecía increíble.
Hoy me doy cuenta de que la razón por la que no pagábamos era porque nosotras éramos el producto. En ese momento ni siquiera lo notaba, era bueno ahorrarse ese dinero y tener más para consumir adentro, aunque al final me vieran a mí como un objeto de consumo.
Dentro de esos machismos interiorizados, o normalizados, entran muchos conceptos respecto al tema que podrían parecernos nuevos, y probablemente la palabra sí sea nueva, pero el fondo es ya bastante viejo y las actitudes para definir esos conceptos son todavía más viejas.
Seguramente algunos de ellos ya los conoces, pero voy a darte aquí algunos ejemplos. Tal vez puedas darte cuenta si has sido víctima de estos o si eres tú quien lo ejecuta con otras personas, específicamente, con mujeres.
Las definiciones que voy a plantear aquí son las que saqué de una infografía de la facultad de derecho de la UNAM. El Manterrupting es cuando un hombre interrumpe constantemente a una mujer, cuando toma la palabra en contextos laborales, sociales, culturales, domésticos, políticos y culturales.
Esto podría ocurrirte cuando estás hablando de un tema y un hombre llega a callarte para él dar su opinión y desacreditar la tuya, o tú, hombre, si lo has llegado a hacer en cualquiera de estos ámbitos, estás cayendo en esta actitud machista.
El Bropiating es cuando se apropian de una idea originalmente planteada por una mujer, los ejemplos que puedes encontrar de esto están en muchos libros de historia de México (en casi todos), casi no aparecen mujeres, pero con el paso de los años nos hemos dado cuenta de que eso ha sido una mentira.
Existe, por ejemplo, el mito de que Elena Garro, quien muchos años vivió en la sombra de Octavio paz, era, en realidad, la mente detrás de obras como el laberinto de la soledad. Lo bueno es que ahora puedes encontrar los libros de Elena en todos lados.
El Gaslighting es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria, lo que puede generar ansiedad, confusión y hasta depresión. Este suele ser de los más comunes que podemos encontrar en nuestro día a día.
El Mansplaining es la acción de explicarle cosas a las mujeres de manera paternalista y condescendiente. Seguramente con este podrás identificarte más, como cuando un hombre intenta hablarte de algo de lo que él cree que sabe más, aunque sea mentira.
Y, por último, el Manspreading que se caracteriza por la tendencia de los hombres de ocupar más espacio del necesario en áreas de transporte público, ya sea cuando abren mucho las piernas o cuando las estiran. Piensan que el asiento es únicamente para ellos. Seguro este nos ha pasado a todas.
Podría contarte muchos conceptos más, pero el artículo sería interminable si empiezo a contarte todos, así que pararé aquí. Mi objetivo principal con este artículo es invitar a la reflexión y a la invitación a seguir informándonos sobre estos conceptos que al final son machismos y que todos los días vemos cómo afectan el día a día en las mujeres.