El elefante en el cuarto que nadie voltea a ver

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 29 Sep 2023 - 08:45hrs

En el cúmulo de actos irresponsables que cometen nuestros representantes —los pasados, los actuales, incluso aquellos que se instalarán en 2024— está el haber hecho caso omiso de la bola de nieve de las pensiones que se ha ido acumulando a lo largo de los años.


Un análisis del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria —a partir de datos recopilados por los especialistas Héctor Villarreal y Alejandra Macías— nos advierte sobre los peligros que entraña el ritmo al que ha ido creciendo la parte del presupuesto destinada a pagar las pensiones contributivas y no contributivas, sin que los ingresos se hayan incrementado en la misma proporción.


“El gasto en pensiones para PPEF 2024 sería de 1.99 billones de pesos, equivalente a 5.8% del PIB y 22% del gasto neto total”, apunta el estudio. “Por tercer año consecutivo crecería por arriba de 10% comparado con el año anterior. Las pensiones contributivas crecerían 7.3% y las no contributivas, 28.5% respecto del gasto aprobado para 2023”.


¿Por qué preocupa el crecimiento del gasto en pensiones en 2024? De acuerdo con los datos expuestos por el CIEP, el crecimiento de este rubro presupuestal es de 11.9% real en relación con el monto aprobado el año pasado. “Por un lado, el gasto en pensiones contributivas concentraría 1.5 billones de pesos, con un crecimiento real de 7.3% comparado con 2023. Por otro, el gasto de las pensiones no contributivas crecería 28.5 % real, con un monto proyectado de 492 mil 909 millones de pesos”.


De 2016 a 2024, el aumento del gasto será 93% real, casi el doble, en caso de aprobarse el proyecto de presupuesto. “Las pensiones contributivas lo harían en 53%, mientras que las no contributivas aumentarían 74.4 por ciento. De 2021 a 2024, las pensiones crecerían 11.8%, en promedio cada año, por el incremento en beneficiarios y montos de la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores (PBPAM)”.


La preocupación, advierte el CIEP, radica en el ritmo de crecimiento del gasto en pensiones total y en la falta de una fuente de financiamiento para solventarlas.


“En 2024, la recaudación por Impuesto al Valor Agregado (IVA) estaría 662 mil mdp por debajo del gasto total de pensiones, lo que haría muy poco factible que los impuestos generales alcancen para pagar la seguridad social”.


Además, el crecimiento del gasto en pensiones contributivas es mayor en promedio al crecimiento económico, lo que indica que habrá que endeudarse para poder cubrir este pasivo, que no ha permitido que se destinen recursos públicos a rubros como la salud, la educación, incluso a infraestructura.


“Para 2024, se propone gastar el doble en pensiones que en el sistema de salud universal. La PBPAM representa un reto no despreciable para la siguiente administración, ya que con base en los datos del Consejo Nacional de Población (Conapo), el grupo de mexicanos de más de 65 años crecerá 33% para 2030. En 2024, el presupuesto que se propone destinar a este programa presupuestario representaría 1.35 % del PIB”.


Dicho gasto, señala el CIEP, “no detendrá su crecimiento a menos que se realicen cambios profundos en el sistema de pensiones y tratar de contenerlo en beneficio de toda la población, sin desproteger a los adultos mayores”.


Actualmente, agrega, se privilegia el gasto en pensiones por encima del sector salud, educativo y la creación de un sistema de cuidados. En 2024, se propone gastar 5.8% del PIB en pensiones, el doble de recursos que se dirigen a operar un sistema de salud universal que sigue pendiente de implementarse”.


Lo que está a discusión no es la justicia o injusticia de otorgar un sustento a quienes se lo han ganado por años trabajados, o bien porque no tendrían otro modo de subsistencia en la vejez, sino cómo financiar dichas pensiones. Ni el gobierno actual ni los legisladores del oficialismo ni quienes aspiran a la Presidencia hacen propuestas para atenuar el impacto de la bola de nieve que, si no se hace nada, en pocos años arrasará la capacidad del Estado mexicano para otorgar servicios básicos. Es el elefante en el cuarto al que nadie desea señalar.

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