Se agotó el tiempo para patear el bote

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 15 Ago 2023 - 09:43hrs

Ayer le contaba que algunas obligaciones del Estado mexicano en materia social, como el pago de pensiones y los subsidios diseñados para paliar las deficiencias del mercado laboral, están poniendo en aprietos a las finanzas públicas.


Éste es el primer sexenio en que el aumento del gasto en pensiones contributivas y asistenciales del sector público ha rebasado al monto adicional de ingresos captado por Hacienda (Mariana Campos y Jorge Cano, de México Evalúa, en Nexos de agosto). Es grave que la sostenibilidad del gasto social no sea parte de la discusión pública, pues su incremento vertiginoso –sumado al pago de la deuda—obligará al gobierno que resulte elegido en junio del año entrante a aumentar los ingresos, recortar otros gastos o recurrir al endeudamiento.


No veo a un solo aspirante presidencial que aparezca públicamente preocupado por ese hecho. Los del oficialismo dicen que repetirán la misma política del actual gobierno y los de la oposición juran que no reducirán el monto de la ayuda social.


¿Cuál es el plan de esos aspirantes –uno de los cuales será el próximo presidente o presidenta– para evitar que llegue el día en que su gobierno tenga que elegir entre seguir pagando las pensiones y realizar gastos en salud, educación, infraestructura o seguridad? De alguna manera, ya lo estamos viendo: no se entiende la pérdida de derechos sociales que los mexicanos han experimentado en salud y educación sin una decisión de dónde aplicar el gasto público.


Para poder aumentar la cobertura y el monto de las pensiones para adultos mayores y personas discapacitadas, ha tenido que recortar partidas destinadas a otros rubros, como la salud. Y no sorprende que los programas de ayuda destinados a los mexicanos más pobres no lleguen a todos los que lo requieren ni que el número de quienes están en esa situación se haya incrementado en 400 mil.


La proverbial cobija del presupuesto es cada vez más chica para cubrir lo necesario y lo prometido. Los políticos, cuando son incapaces de incrementar los ingresos públicos en la misma medida en la que gastan, se ponen a cortar aquí y allá.


El problema es cuando esos recortes se empiezan a notar: las carreteras se llenan de hoyos, a los policías les falta capacitación y armamento, los trenes del Metro sufren descomposturas y sus andenes se abarrotan de pasajeros varados, las calles se encharcan en época de lluvias, los trámites se tardan una eternidad, etcétera.


Mientras las quejas se diluyan entre los millones de usuarios de los servicios que proporciona el gobierno, todo pasa. La crisis se da cuando el dinero no alcanza para pagar las pensiones.


Y si no, que pregunten a los venezolanos. Eso fue la gota que derramó el vaso y condujo a los estallidos sociales en 2014, que fueron reprimidos. Incluso la mera amenaza de reformar el sistema de pensiones contributivas, para posponer la edad de retiro, puede llevar a protestas callejeras, como sucedió durante la primavera en Francia.


¿Cuándo podría estallar la bomba del gasto público en México? Difícil decirlo. Lo indudable es que, si no se hace nada, ocurrirá en pocos años, ante el inevitable proceso de envejecimiento de la población mexicana. El número de quienes tienen la suerte de haber contribuido para una pensión y lleguen a la edad de jubilación comenzará a aumentar geométricamente. Lo mismo pasará con el de quienes alcancen la edad para cobrar la pensión para adultos mayores. Si el monto destinado a esta última aumenta como resultado de una promesa de campaña, mayor presión para las finanzas públicas.


Sin embargo, ninguno de los aspirantes presidenciales habla de eso. Todos evitan señalar al elefante en el cuarto, aunque el tiempo para patear el bote ha llegado a su fin.


BUSCAPIÉS
Veracruz, el estado que gobierna (es un decir) el aspirante a dictador tropical con ínfulas de cómico, vive un nuevo horror: el descubrimiento de restos descuartizados en congeladores de casas de seguridad. Un auténtico rastro para humanos. Todo un día se tardó la fiscalía estatal en reconocer el hallazgo.

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