¿Y cuando ya no haya para programas sociales?

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

| 10 Mar 2023 - 09:34hrs

Lo que está sucediendo en San Juan Chamula, Chiapas, nos permite asomarnos al futuro.


El miércoles pasado, unos cuatro mil habitantes del municipio se congregaron en la plaza principal de la cabecera de la demarcación para exigir el pago de siete mil pesos anuales que se venía entregando, como programa social de apoyo a los artesanos, y que, en lo que va de este 2023, no se ha cubierto.


Al mismo tiempo, una comisión de cien personas se dirigió a Tuxtla Gutiérrez, para pedir la intervención del gobierno estatal a fin de que se reanude la entrega del dinero. Sin embargo, la respuesta que obtuvieron los enviados es que se trata de un tema que debe resolver el ayuntamiento.


Dicho programa social fue una promesa de campaña con la que el Partido Verde arrebató al PRI la presidencia municipal en 2015, y que ha resultado muy oneroso para las finanzas locales. Chamula tiene oficialmente 76 mil habitantes y su techo financiero apenas rebasa los 300 millones de pesos. La ayuda, que este año debía subir a 8 mil pesos, se entrega a cerca de 60 mil personas y ya se ha comido el presupuesto de la demarcación.


El problema comenzó cuando Domingo López González, candidato del Verde, prometió el pago como parte de su campaña electoral. El ofrecimiento hizo que el PRI perdiera la presidencia municipal por primera vez en su historia.


La falta de cumplimiento llevó al asesinato del alcalde, en julio de 2016, cuando apenas llevaba unos meses en el cargo. A su sucesor, Mateo Gómez López, no le quedó de otra que pagar.


En 2018, llegó a la alcaldía el morenista Ponciano Gómez Gómez, sobre la espalda del triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador. Él quiso reducir la ayuda a la mitad, cosa que no logró, y dejó inconcluso su periodo. En 2021 ganó las elecciones Juan Collazo Díaz, bajo las siglas del PRI. Conocido localmente como Xun Tzin, Collazo había sido tesorero en el anterior ayuntamiento, de mayoría morenista. Las protestas que enfrenta actualmente se deben a su intención de revisar el padrón de beneficiarios del programa social, porque, afirma, muchos de los que están inscritos ni siquiera viven en Chamula.


Para los políticos y sus partidos es muy fácil ofrecer dinero público, que no es de ellos, en forma de programas sociales. Al hacerlo, lo único que les importa es ganar las elecciones y les tiene sin cuidado si en el futuro hay recursos para financiarlos.


Como le conté aquí hace unos días, la parte del presupuesto federal para pagar los programas sociales se agranda año con año. Seguramente en 2024 los partidos competirán en promesas, a ver quiénes ofrecen regalar la mayor cantidad de dinero público. Si no hay quien ponga un alto, podría estarse gestando una crisis de finanzas públicas como la que se vive en Chamula.


La gente que recibe la ayuda gubernamental no entenderá cuando le digan que ya no hay dinero para pagar los programas. Y agárrese quien pueda.    


BUSCAPIÉS


*El crimen organizado domina la vida pública de Matamoros y, en una de esas, la de todo Tamaulipas. Hace una semana, los delincuentes persiguieron, balearon y secuestraron a cuatro estadunidenses. Luego le brindaron servicios médicos, en una clínica privada a su servicio, a dos de ellos, quienes habían quedado gravemente heridos y finalmente murieron. El miércoles por la noche, entregaron amarrados a cinco presuntos sicarios que, según ellos, se equivocaron al atacar al grupo referido. Crimen y el castigo quedan a cargo de los delincuentes. ¿Y dónde quedó el Estado?


*Primero dejaron morir la palma centenaria que adornaba la glorieta de Paseo de la Reforma y Niza. Luego, armaron una consulta a modo –de esas que gustan en la Cuarta Transformación–, para decidir qué planta reemplazaría a aquélla. Casualmente, ganó la propuesta del Presidente: un ahuehuete. Lo plantaron en junio de 2022, sin estudios previos. Cuando el árbol se comenzó a secar, dijeron estaba “estresado”. Ayer, finalmente aceptaron que lo van a tener que sacar de ahí y que lo van a sustituir ¡por otro ahuehuete! Pero están repitiendo el error, pues los árboles se siembran en otoño, cuando el suelo está caliente.

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