La verdad sobre la cobertura mediática en Estados Unidos

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 09 Mar 2023 - 08:40hrs

El 23 de enero pasado, siete personas fueron asesinadas a tiros en un campo agrícola de la comunidad de Half Moon Bay, California, a 50 kilómetros al sur de San Francisco. El homicida fue un trabajador de origen chino que estaba molesto por haber tenido que pagar cien dólares para reparar un montacargas, por daños que, según él, había causado uno de sus compañeros.


Entre las víctimas mortales de Chunli Zhao estuvieron José Romero Pérez y Marciano Martínez Jiménez, migrantes oaxaqueños que se dedicaban a la cosecha de champiñón, en campos de la empresa Concord Farms. Pedro Félix, hermano de José, resultó herido en el ataque. Aunque en su momento, el presidente Andrés Manuel López Obrador no mencionó el caso en su conferencia mañanera –de acuerdo con una revisión que hice de las versiones estenográficas del 24 de enero al 10 de febrero, publicadas en internet por la Presidencia de la República–, sí lo abordó brevemente el martes pasado, al referirse al secuestro de cuatro ciudadanos estadunidenses en Matamoros, de los cuales dos fueron asesinados.


“Llama mucho la atención que se dan estos hechos lamentables y todos los medios en Estados Unidos manejan de manera amarillista la información, no así cuando asesinan a mexicanos en Estados Unidos, callan como momias”, dijo el Presidente.



Y agregó: “Claro que lamentamos lo que pasa en nuestro país, y este hecho en especial, y ofrecemos nuestras condolencias sinceras, pero yo les puedo decir a ustedes que atendimos un asunto de dos jornaleros oaxaqueños asesinados por granjeros (sic) y un herido, y no salió nada en la prensa estadunidense, nada. Cerca de San Francisco, indígenas mixtecos fueron asesinados por un granjero y otro herido, esto hace poco, hace un mes. O sea, se rasgan las vestiduras de manera hipócrita. Ayer estaba yo viendo, todas las cadenas de radio, de televisión. Y aquí lo mismo, aprovechando el dolor de la gente, como zopilotes”.


En una cosa tuvo razón López Obrador: los cuerpos de los migrantes oaxaqueños fueron repatriados y seguramente en eso intervino la Secretaría de Relaciones Exteriores. También lo hizo el Instituto de Atención Integral al Migrante Oaxaqueño, del gobierno de Salomón Jara.


Sin embargo, se equivocó en lo sustancial: los medios estadunidenses no callaron ante dicha tragedia. Basta una sencilla búsqueda en internet para encontrar las notas que diversos medios dedicaron al tema, no sólo informando sobre el hecho, sino publicando notas necrológicas.


La reportera Madi Bolaños, de la estación KQED, afiliada a la cadena National Public Radio, cuyos noticiarios se escuchan en todo Estados Unidos, hizo un perfil de Martínez Jiménez, en el que destacó cómo era querido en la comunidad. En tanto, la reportera Amber Lee, de la estación KTVU, afiliada a Fox, entrevistó a Carlos Martínez, sobrino de Marciano, para hablar sobre la vida del trabajador asesinado, así como al vicealcalde de Half Moon Bay, Joaquín Jiménez.


Entre otros medios estadunidenses que cubrieron la tragedia o publicaron notas sobre ella estuvieron CNN, The New York Times, San Francisco Chronicle, The Washington Post, ABC News, Los Angeles Times, AP, NBC, PBS, CBS News, USA Today, Reuters, The Seattle Times y The San Diego Union-Tribune.


Entonces, no es verdad, como dijo López Obrador que los medios de ese país hayan callado como momias. Tampoco lo hicieron los medios mexicanos, que dieron amplia cobertura al hecho. Yo no sé quién informa mal al Presidente y lo hace caer en equivocaciones tan básicas.


Hay, eso sí, una gran diferencia entre aquellos asesinatos y los del pasado fin de semana. Los primeros fueron producto del arranque de ira de un compañero de trabajo. Los segundos, de la acción del crimen organizado, que opera en México a plena luz del día, sin miedo a lo que hagan las autoridades.


En Half Moon Bay no tuvo que intervenir el gobierno mexicano para detener al agresor. Acá debió visitar Palacio Nacional el embajador Ken Salazar para que las cosas se movieran.

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