Los desaparecidos de la Ciudad de México

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 03 May 2024 - 10:21hrs

En la Central de Autobuses del Sur, en Taxqueña, el muro para avisos, en la zona de andenes, rebosa de carteles en los que se pregunta por el paradero de alguna persona ausente. Son tantos, que ya no caben, por lo que algunos han comenzado a pegarlos en uno de los pilares que sostienen el techo.


El año pasado, cada día se denunció en la capital del país la desaparición de cinco personas en promedio. De éstas, tres son hombres y dos son mujeres.


De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas (RNPDNL), se agregaron mil 840 casos a la lista a lo largo de 2023.


De ese tamaño es la inseguridad en la Ciudad de México, que ha sido puesta como modelo a seguir a nivel nacional en caso de que el oficialismo retenga la Presidencia de la República en la próxima elección.



Desde que ocurrió el caso más antiguo –un hombre que desapareció en la entonces delegación Gustavo A. Madero en 1964– el RNPDNL ha acumulado un total de siete mil 170 ausencias en la Ciudad de México. De éstas, seis mil 55 (84%) corresponden al periodo del actual gobierno federal, que comenzó el 1 de diciembre de 2018.


En ese último grupo hay tres mil 626 hombres y dos mil 267 mujeres. El porcentaje de éstas (37.44%) es superior en casi 13 puntos a la misma estadística a nacional (24.55%).


La polémica sobre el descubrimiento de un presunto crematorio clandestino en el paraje de Las Minas, en los límites de las alcaldías Iztapalapa y Tláhuac, ha vuelto a llamar la atención sobre las desapariciones en la Ciudad de México, que informativamente suelen pasar a un segundo plano detrás de las de estados como Jalisco, Tamaulipas, Zacatecas, Nuevo León y Veracruz.


El hallazgo fue denunciado la tarde del martes por la madre buscadora sonorense Cecilia Flores, aunque desmentido 24 horas después por la Fiscalía General de Justicia y la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México.


Flores puso en duda que las autoridades pudieran determinar con tal velocidad que no existían en ese lugar restos humanos, sino sólo de perros.


El caso llegó hasta la conferencia mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde él y el jefe de Gobierno capitalino Martí Batres atribuyeron la denuncia de Flores a un montaje cuya finalidad era dañar a sus respectivos gobiernos.


Al margen de que existan o no indicios de que hubo acciones para deshacerse de cadáveres en esa zona de volcanes extintos, lo indudable es que las desapariciones en la capital del país constituyen un problema grave del que se habla poco.


Lo es incluso a pesar del intento del gobierno federal de crear un “nuevo censo” de desaparecidos, que comenzó a mediados de 2023 y cuyos resultados se dieron a conocer en marzo pasado. De los seis mil 55 casos que se han agregado al RNPDNL de diciembre de 2018 a la fecha, más de la sexta parte corresponden a la alcaldía de Iztapalapa (mil 56), el lugar donde desaparecen más personas en la Ciudad de México. Le siguen Gustavo A. Madero, con 902, y Cuauhtémoc, con 768.


Dentro de Iztapalapa, los lugares con más casos registrados este sexenio son la Central de Abastos (23), la colonia Buenavista (11) y la Unidad Vicente Guerrero (10).


De todo el territorio capitalino, la zona donde mayor número de mujeres ha desaparecido en el mismo periodo es, con 34 casos, el Centro Histórico, donde se asientan el Palacio Nacional y el Palacio del Ayuntamiento, sedes de los gobiernos federal y local. Misma situación para los hombres, con 77 casos.


Las autoridades capitalinas –que reportaron resultados sobre el paraje de Las Minas en apenas un día, pero que en seis semanas no han podido informar cuál es el contaminante del agua de la alcaldía Benito Juárez– han informado sobre la localización de menos personas desaparecidas (cinco mil tres, según el Registro) que las que siguen en esa condición. En muchos casos, los hallazgos de restos de personas ausentes se han dado gracias a la labor de los colectivos que existen en la capital.


La pregunta es obvia: si en Las Minas no hay rastro de los desaparecidos, ¿dónde están?

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