Tinta y tinte de una mujerValeria Aime Tannos DÃaz |
| 26 Mar 2024 - 09:09hrs
Si bien el feminismo es un tema que va de mujeres para mujeres, el hombre cumple un papel importante en este movimiento sociopolítico, empezando porque en estos momentos el mandatario del país es un hombre, y aunque las instituciones pueden ser descentralizadas, como la fiscalía, que es una de las más importantes en el tema del feminismo, el titular sigue siendo un hombre.
Entonces, partiendo desde lo más arriba del poder ejecutivo y el mismo fiscal general de la Republica, asumimos que el hombre es parte fundamental en la lucha feminista, no sólo en la parte que los involucra como autores de delitos contra la mujer.
Es importante también por la participación que tienen en los hogares, en las escuelas, en la familia y en todo el circulo social que nos rige, ya que, de cada 100 habitantes en el país, 49 son hombres y 51 son mujeres. Todos los días nos relacionamos con hombres, en nuestros trabajos y en la convivencia habitual.
Dando esta pequeña introducción entraré de lleno al tema del cual quiero hablar hoy: los aliados en el mundo feminista. Los hombres que están en pro de la lucha que hacemos las mujeres todos lo días, y quiero mencionar que un hombre no puede ser llamado “feminista”; llamarlo así sería volver a darle importancia en un movimiento de mujeres.
En uno de los libros con los cuales he entendido mejor ese contexto es en el de “¿Feminista yo?” de la autora Ana Vásquez Colmenares, en el cual se explica de manera muy sucinta varios términos que podemos no entender en nuestro día a día. Partiendo del entendido de que los hombres no pueden ser llamados feministas, se van a llamar “aliados del movimiento”.
He conocido hombres que dicen estar a favor del movimiento, pero terminan juzgando las acciones de las mujeres que salen a marchar, otros juzgan todo el movimiento porque piensan que nosotras queremos ser superiores y les aterra perder los privilegios que tienen, muchos otros sólo estan de acuerdo porque piensan en “sus mujeres”, pero al mismo tiempo viven en un sistema machista en su casa.
Aquellos hombres aliados son los que se han cuestionado sus privilegios, los que saben que únicamente por su sexo y genero los tienen, que no tienen que salir a manifestar nada porque a ellos no los matan, ni desaparecen, solo por el hecho de ser hombres. Son los que han deconstruido sus masculinidades.
Los hombres que no juzgan la libertad de las mujeres, los que no tratan de poseer a sus parejas, aquellos que reconocen que vivimos es un desbalance cotidiano y en injusticias constantes cada vez que agreden contra la vida de una mujer.
Esos hombres que vemos en la calle y no nos piropean porque saben lo incomodo que es para nosotras, los que se alejan también de sus amigos que nos embriagan para conseguir algo. Aliados son los que rompen el pacto con sus amigos y su circulo social que siguen viviendo sus masculinidades dentro del sistema patriarcal.
Los hombres que en su casa no toman el rol de “hombre de familia” y llevan la situación de manera equitativa, los que asumen que el papel de padres debe ser para ambos, y el papel de la casa debe ser de igual manera para ambos. Aquellos papás que le enseñan a sus hijos que llorar es bueno y que no tiene nada de malo sentir y mostrar sus emociones.
Con ellos se vuelve mucho más sana la convivencia; saben perfectamente que no pueden ser protagonistas del movimiento, pero entienden su papel importante para el cambio. Como aquellos que tiene cierto poder político y social y comprenden que el asunto debe ser paritario.
Esa deconstrucción no es nada fácil y es un cambio lento, pero constante. No pretendo que los hombres cambien todo lo que se les enseñó de un día para otro, pero con pequeñas acciones se va dando el cambio. Empiecen por romper el pacto con sus amigos y con sus privilegios, empiecen a cuestionarse lo que tienen.
Empiecen a darse cuenta de que las mujeres no estamos peleadas con los hombres, no somos sus enemigos y reflexionen que el sistema patriarcal y los comportamientos machistas también les hace daño a los hombres, también son victimas de un sistema que los oprime.
Las mujeres que somos feministas y que tenemos la lucha todos los días, entendemos que no es una lucha de genero, ni de poder, ni mucho menos de querer odiar a todos los hombres. Es una lucha de equidad, de respeto y de justicia para nosotras.
Hoy en día, la mayoría de las personas que tienen el poder siguen siendo hombres, y aunque está claro que nuestra próxima presidenta de la República será mujer, es importante reflexionar si realmente se le permitirá a ella llevar el poder que lleva hoy el presidente, o si habrá mucha más paridad de la que vemos hoy en cargos públicos.