De las últimas 130 votaciones para gobernador, sólo 41 se han definido por la continuidad en el poder. O, lo que es lo mismo, 89 han dado lugar a un cambio de partido gobernante.
Y el porcentaje de alternancia se ha ido ampliando con el tiempo, pues únicamente en 24 de los 98 casos más recientes el mandatario estatal entrante ha sido correligionario del saliente.
En 12 de las 32 entidades federativas, las últimas tres elecciones de gobernador han dado lugar a sendos cambios de partido gobernante. Solamente cuatro estados no han tenido alternancia alguna durante dicho ciclo (Hidalgo, Coahuila, Estado de México y Guanajuato).
A partir de esos datos, se puede concluir que los ciudadanos no son muy pacientes con sus gobiernos estatales. Y lo mismo se podría decir respecto del gobierno federal, pues la alternancia ha marcado tres de las últimas cuatro elecciones presidenciales.
Sólo siete estados han concedido una nueva oportunidad al partido en el poder en los comicios de gobernador más recientes (Querétaro, Chihuahua, Guanajuato, Estado de México, Coahuila, Hidalgo y Baja California).
En teoría, la gente otorga la mayoría a un partido distinto para castigar al que se va, pero también con la esperanza de que el que llegue lo haga mejor.
El año pasado, los candidatos de Morena y partidos afines desplazaron del poder al PAN en las elecciones de gobernador de Baja California Sur y Nayarit; al PRI en las de Sonora, Sinaloa, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Campeche, Zacatecas y Tlaxcala, y al PRD en la de Michoacán.
Sólo tres de las 15 entidades que renovaron su Ejecutivo en 2021 optaron por la continuidad (Baja California, Querétaro y Chihuahua); las demás se fueron por la alternancia.
¿Qué esperar de las elecciones del próximo 5 de junio? Seguramente lo mismo. Parece que, en la mayoría de los casos, los ciudadanos se inclinarán por una opción política distinta.
Ahora bien, ¿qué tan eficiente ha sido la alternancia para resolver las demandas de los votantes?
Quizá debamos preguntárselo a los habitantes de los 12 estados que dieron un puntapié a los partidos gobernantes en las votaciones del año pasado.
Por ejemplo, ¿ha disminuido o se ha incrementado la inseguridad en Sonora, Colima, Michoacán, Guerrero y Zacatecas desde que cambiaron los gobiernos de esas entidades?
Los datos oficiales indican que lo segundo. Y eso que el gobierno federal, que es del mismo signo político que los gobiernos estatales, ha procurado poner en práctica programas para lograrlo. Pese a los “blindajes” con elementos del Ejército y la Guardia Nacional, la violencia criminal en esas entidades aparece frecuentemente fuera de control.
De cara a las elecciones del 5 de junio, ¿se beneficiarán los quintanarroenses, oaxaqueños, tamaulipecos e hidalguenses de las alternancias políticas que aparentemente tendrán lugar en sus respectivas entidades? Sólo el tiempo lo dirá.
Nadie experimenta en cabeza ajena, dice el dicho. A la hora de votar, suele pesar más el enojo con el pasado que la esperanza en el futuro. O al menos eso dice nuestra historia electoral reciente.
BUSCAPIÉS
*El gobierno federal hizo público el martes la lista de vacantes para médicos especializados. Son casi 14 mil. Aunque la información difundida divide las necesidades por estados, no ha sido posible conocer las de las regiones específicas de cada entidad ni las características de las plazas. ¿Por qué hasta ahora se hizo visible la carencia?
*Prácticamente dos días duró el bloqueo de la carretera costera del Golfo de México, en los límites de Campeche y Tabasco, por parte de pobladores que denunciaban una desaparición y un asesinato. Hasta que la presión pública hizo reaccionar a las autoridades campechanas, centenares de viajeros fueron dejados todo ese tiempo a su suerte, en un calor inclemente y sin posibilidad de abastecerse de comida y agua.