La hora crítica del Frente

Bitácora del director

Pascal Beltrán del Río

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| 31 Ago 2023 - 09:46hrs

Nadie obligó a los partidos políticos integrados en el Frente Amplio por México —PAN, PRI y PRD—a adelantar una decisión que debía recaer en los ciudadanos. Lo decidieron ellos mismos.


Ayer por la tarde, en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI —donde han ocurrido tantos destapes de candidatos presidenciales priistas­—, el dirigente nacional Alejandro Moreno anunció que su partido tomó la decisión de respaldar a Xóchitl Gálvez como la responsable de la construcción del Frente.


Días antes, el propio Moreno había dado su respaldo a Beatriz Paredes en el proceso. Eso dio lugar a la especulación de que el PRI pretendía usar su maquinaria corporativa para votar por la tlaxcalteca y que, ante la ausencia de una organización semejante por parte de los ciudadanos que apoyan a Gálvez, se podía prever que Paredes ganara la consulta.


Sin embargo, el lunes pasado Moreno hizo una declaración que sorprendió a todos: que en los sondeos de opinión –no dijo cuáles— Gálvez llevaba ventaja sobre Paredes. Y que el miércoles (ayer) el PRI fijaría su postura.


En respuesta, Paredes dijo que el único sondeo que le importaba es el que ya estaba aplicando el Frente de manera institucional, cuyo resultado debía mantenerse sellado hasta que terminara la consulta del domingo, para la cual se habían anotado en un padrón ad hoc más de dos millones de ciudadanos.


De manera inopinada, otra vez, el resultado comenzó a circular anticipadamente, poco antes de las 2 de la tarde de ayer. La encuesta, informó el Comité Organizador del Frente, fue ganada por Gálvez con 15 puntos de ventaja.


En ese marco, los dirigentes de los tres partidos coaligados se reunieron en la sede nacional del PRI y, luego de tres horas de incertidumbre, Moreno salió a escena, sin la presencia de Paredes, para reconocer la ventaja de Gálvez. Y, adelantándose a la realización de la consulta del domingo, ungió a la hidalguense. Esa sucesión de hechos ha cambiado por completo la naturaleza del ejercicio de construcción de la candidatura presidencial opositora para 2024.


De ser un proceso regido por ciudadanos con el aval y participación de los partidos —que legalmente son los que inscribirán la candidatura—, se convirtió en un vil agandalle de las dirigencias partidistas, que a todas luces no quisieron ceder el control. ¿Por qué el apresuramiento para ungir a Gálvez y descartar a Paredes? Ahí hay varias hipótesis. Una de ellas es que los partidos temían que la consulta resultara un desastre, en vista de que sufre de graves problemas de organización, y que el domingo el Frente quedara exhibido como incapaz de realizar una elección interna. En pocas palabras, que haría el ridículo. Y que era preferible tragarse las críticas por decidir a su manera quién será la candidata.


Si ésa fue la razón, era mucho mejor correr el primer riesgo, a que los partidos mostraran su cara de siempre: cúpulas que deciden a espaldas de la ciudadanía. Era entendible que muchas cosas salieran mal en la consulta. Ésta se organizó de forma apresurada y sin antecedentes de dónde extraer experiencias. Pero las eventuales fallas podrían ser atribuidas a la inexperiencia en convocar procesos de este tipo.


Lo que es injustificable es que los partidos hayan decidido aplastar la voluntad de 2.3 millones de ciudadanos convocados a participar en la consulta. Ahora los partidos y el Comité Organizador del Frente tendrán que ser transparentes respecto de los motivos por los que dieron a conocer anticipadamente los resultados de la encuesta, lo cual mató la esencia de la consulta. Y el PRI deberá aclarar por qué dio la estocada a Beatriz Paredes, sin otorgarle la posibilidad de perder en buena lid con Xóchitl Gálvez, a quien también le ensuciaron el trabajo de recolección de un millón de firmas entre la ciudadanía.


El Frente vive un momento crítico. Ante la descalificación que seguramente vendrá hoy por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador —será difícil no darle la razón—, los frentistas deberán demostrar que sí son distintos. Y eso sólo podrán comenzar a hacerlo si son absolutamente sinceros sobre sus razones

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