¡Que viva México¡

URBANAL / Articulista invitado

Manuel Vázquez

Nacionalismo comunidad y Patria.

| 11 Abr 2023 - 11:52hrs

Así como para los argentinos el brillo Argentum de su río transportador de plata, dio útero y matriz a la argentinidad; En México el criollismo Novohispano como un gentilicio imaginario dio origen a la idea de la nación Mexica, complejo étnico abarcativo que de ninguna manera ni antes ni ahora podría amalgamar con exactitud el sentido de una nación tan compleja como es la nuestra. - México.
La última película de Luis Estrada ha despertado una avalancha de comentarios en tanto fenómeno mediático, que se inscribe en una estética particular (la visión Estrada) de la accidentada vida social de México a través de sus gobiernos y la política, con una crítica que descarnada, acida y satírica establece generalizaciones que per se; no representan a las colectividades si no los rasgos mas denigrantes de algunas realidades de un México megadiverso, que no alcanza hoy en día a construir por consenso una idea como ya dijimos de nación, ni ser definida desde el simplismo generalizante.
La familia y su construcción; que alguna vez definiera Alfonso Warman antropólogo y sociólogo mexicano como el núcleo arquetípico para la crítica social y la pluriculturalidad diversa y compleja; y que en el mundo de Estrada – en este filme - esta compuesto por la matriarca malhablada y convenciera, que destronando al padre macho por ausencia y en su carácter supletorio ironiza ad nauseam lo que es conveniente para los hijos, los nietos de diversas edades, y las mujeres de la casa, incluyendo a la mujer alegre que vive que con el inescrupuloso y vago hijo menor de la familia, la esposa del hijo mayor sufriente, anhelante de mejores condiciones de vida y salir de la pobreza eterna, esa dibujada en la depauperada existencia de los pueblos fantasmas donde otrora existiera la riqueza de la minas, propiedad de empresas extranjeras.
El hijo mayor y sostén de la casa, y el hijo que decidido a pertenecer al clero ahora es el párroco de la iglesia, personaje que se queda corto en su infamante realidad vendedora de los sacramentos, y nada extrapolada a la realidad si vemos hoy día, las escenas en tik tok del padre guanajuatense llamado “el padre pistolas” un ser repugnante, maledicente cuya catequesis, es no dejarse chingar por nadie “cantarle y saberle sus verdades a todos” al tiempo que amenaza a los infieles y ofrece sus pócimas milagrosas perdones y penitencias a los sufrientes vecinos de las comunidades mas empobrecidas y maltratadas por la violencia transexenal del imperio de la delincuencia organizada.
Los polos romantizados y decadentes, el rico aspiracionista que trepa a partir de la degradación de su propia circunstancia en una empresa donde el dueño es el gordo xenófobo, misógino, procaz, vulgar y abusador de los trabajadores y de las mujeres bellas de la oficina, que son ascendidas de puesto o de sueldo por dejarse hacer lo que el dueño pida, quiera o pague, dado que en este sistema tácitamente cada quien tiene su precio, pagado en moneda de curso legal a saber; la corrupción que enquistada en el país, permea el colectivo imaginario en todas las películas de este cineasta al que tres horas y algunos minutos le permitieron contar lo que tal vez hubiera sido contado en una hora y algunos minutos con holgura y suficiencia.
La critica anquilosada facilista sobre la dicotomía del bien y del mal, encarnada en una simbiosis de cada personaje con su realidad de pobreza, que cambia de escena pero no de realidad, se ve contundente como un camino sin salida del cineasta y sus principales actores primero, al concebir los personajes de la misma forma que sus entregas anteriores, el político corrupto ahora con una nueva foto de fondo y un slogan diferente del cambio verdadero, el cura que de suyo como ya dijimos no busca las salvación de las almas si no la salvación de la suya deteriorada mil veces pero útil y dialéctica en una sociedad que sigue siendo católica y con una fe, ininteligible y dogmática.
El padre de familia que ve como una posibilidad de futuro una herencia olvidada, y un secreto bien guardado, del que solo por conocerlo exige su búsqueda y en el intento en exceso explosivo del que nada tiene, hace una fiesta, aunque empeñe todo, o lo quede a deber para disfrutar en un día todo lo que no ha podido en una vida completa.
La exegesis del manual de Estrada, la dupla histriónica emocional de Damián Alcázar y Joaquín Cosío, haciendo dos o tres personajes en la misma película, nos habla del agotamiento lirico de una narrativa que quizás ya no representa las diversas realidades de un constructo cada vez más complejo a partir del individualismo urbano de las masas y la búsqueda de un modelo democrático que no exime ninguna posibilidad de critica o análisis y que está en auge en la discusión de nuestros días.
El México rural indígena con sus altísimos valores es ignorado por Estrada, el régimen y sus interloquios, los discursos y sus narrativas las versiones infinitas de lo que se va entendiendo de la pedagogía política y su didáctica popular oficialista, se pierde en la banalidad escénica, con cortes muy predecibles donde la figura del mariachi va despejando la evidente sustancia imaginaria de los laberintos de la soledad (de Octavio Paz) al perder la música su poder cohesionador de identidad nacional en un perfil caricaturizado patriotero, al estilo de Ismael Rodríguez, en la oveja negra y otras películas donde los mismos pero ahora panzones y grotescos atenúan la incógnita de las escenas y el agotamiento narrativo con su son alteño que ya es ridículo de suyo, como recurso turistoide y nauseabundo de una estética emergente creada ya en el cine mexicano pero a colores en la década de los cincuenta.
La dermis de la comunidad contemporánea sin un solo aruño, el hiper individualismo de Lipoveski, la familia rota por el híper consumo, la sociedad compulsiva que es el vórtice donde giran las criticas sobre las políticas públicas, el populachero despilfarro de frases comunes, sitios comunes, y critica banalizada, hacia el sentido de que en verdad todo sigue igual que antes y que; el antes es una antes perpetuo que lleva mas de cien años perfilando el corpus político de una nación en permanente bancarrota, se caricaturiza así misma, con la banalidad de los diálogos y con el metraje excesivo de un filme que ciertamente y desde mi punto de vista resulta ya predecible y aburrido después de las primeras escenas vintage y la aparición de un actor extraordinario que como tantos otros artistas muta ideológicamente para hacer critica sin decir esta boca es mía fuera de su propio y desafiante entorno.
En fin que mas allá, del desacierto, un acomodo a la realidad circundante, o una critica frontal sobre el evidente intento de resaltar el fracaso y los fracasos de los diversos enfoques políticos del estado en esta visión transexenal a la que me he referido, resulta un bodrio de una realidad extrapolada al quehacer político, a la ausencia del ente comunitario que existe en miles de pequeños poblados rurales de México y al éxito comunicacional cohesionado y poderoso de movimientos indigenistas como el zapatismo, a la ausencia cruda en la narrativa de la visión de los millones de jóvenes a quienes ya no importa como ve Estrada este país, y que lo ven como un lugar de oportunidades y donde navegan por lo menos muchos creadores en la música, la narrativa, la poesía el nuevo cine documental y la cultura.
Muchas nuevas estéticas e historias que merecen la pena ser escuchadas, y donde los diversos feminismos y luchas por la justicia y la equidad tienen urgencia de ser visibles, sin sátira sin estereotipos y sin pugnas por obtener el favor del estado para ser financiadas en la pantalla grande, en la chica o en los medios alternativos.
No confundo así en esta visión muy general del filme que el intento por decir, autocriticar y criticar como una praxis olvidada, nos lleve a la reflexión que no a la moraleja. - en estos tiempos tan distantes del idílico romance que en la búsqueda de identidad que tuvo el cine con sus actores y con el público en la época de oro del cine nacional.
Creo que ahora más allá de ser un éxito cinematográfico en términos de cuantos millones generó y en cuantas salas estuvo, debemos preguntarnos hacia donde marcha el cine nacional, que historias están sin contarse ¿porque nos ocupa el continuismo estético de una película con trasfondo político? yo diría ¿porque no discurrimos desmenuzando las diversas identidades no patrioteras del verdadero México de hoy?
Y es que esta pregunta es demasiado difícil de responder ¿no creen ustedes?


 


 

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