El modelo Oaxaca: laissez faire, laissez passer

Opinión

Carlos Loret de Mola

Los últimos cuatro años Alejandro Murat se transformó en alfombra para el presidente y en gobernador ausente para los oaxaqueños.

| 30 Nov 2022 - 09:39hrs

Mañana termina uno de los peores sexenios en la historia de Oaxaca. La administración de Alejandro Murat, que quedó marcada desde antes de que fuera siquiera elegido candidato, con la intentona del congreso local de modificar la Constitución oaxaqueña para permitir que una persona no nacida en la entidad y sin el requisito de residencia mínima establecido en la Constitución de la República pudiera ser candidato. A pesar de que la Suprema Corte de Justicia declaró inconstitucionales las reformas, se registró al hijo del senecto Murat sin cumplir con lo que establece la Ley pues, a decir del entonces poderoso subsecretario de gobernación Luis Miranda, “se trataba de una elección de estado”, según me refiriera uno de los contendientes en ese proceso.


Los actores involucrados en ese proceso dejaron hacer y dejaron pasar al irregular candidato y después gobernador del estado.


Al llegar al poder, el gabinete de arranque lo conformaron reciclados del gobierno de su padre, hijos de excolaboradores en ese gobierno y compañeros de trabajo de Alejandro en el Infonavit, en su gran mayoría procedentes del Estado de México, los “yuppies”, como se les conoció en Oaxaca, totalmente desconocedores de nuestros problemas y nuestras formas. Al final se deshizo de casi todos los excolaboradores de su padre, pero a sus incondicionales del Estado de México los sostuvo.


Dos años gobernó con el presidente y promotor de su campaña Enrique Peña Nieto y cuatro más con AMLO al que le permitió pasar y hacer lo que se le diera la gana dejando en sus manos el posible crecimiento del estado. Al gobierno estatal difícilmente se le pueden reconocer obras o acciones relevantes. No quiero pasar por alto lo que fue un secreto a voces: su padre tuvo una enorme influencia en las decisiones del gobierno hasta el último día.


A seis años el balance que deja el junior es un estado al borde de la ingobernabilidad, con constantes bloqueos por problemas sociales en la capital pero también en diversos puntos del estado; un estado inmerso en la inseguridad, con un número récord de feminicidios; con una deuda que alcanza los 17 mil millones de pesos según los datos de SHCP, que representa cuatro veces más la deuda que tenía el estado en 2010, al término de mi gobierno y que seguirán pagando los oaxaqueños hasta el año 2040.


Oaxaca no ha crecido en pobreza gracias a ser un bastión electoral de MORENA, por ello la cantidad de obras del gobierno federal y el número de beneficiarios de los programas sociales ha crecido exponencialmente. Los últimos cuatro años Alejandro Murat se transformó en alfombra para el presidente y en gobernador ausente para los oaxaqueños. El modelo Oaxaca fue eso, dejar hacer y dejar pasar lo mismo con sus colaboradores que con la 4T.


Fue un sexenio de fracasos políticos para su partido gracias a la imposición de candidaturas impopulares y a la promoción de candidatos afines a la familia Murat en el partido Verde. Deja un PRI deshecho, con pugnas internas, con constantes defecciones y con los niveles de votación más bajos de los últimos 50 años, lo que lo llevó a perder todas las diputaciones federales, 22 de 25 distritos locales y los ayuntamientos más importantes de las ocho regiones de la entidad. Aun así, se promueve con cinismo con recursos públicos para tratar de ser candidato de ese partido a la presidencia de la república. Claro que para ello cuenta con la complicidad de alito y las relaciones familiares.


Comienza una nueva etapa para Oaxaca. Llega un nuevo gobierno al que le deseo lo mejor seguro de que, si le va bien al gobierno, le irá bien a Oaxaca y a los oaxaqueños que lo esperan con vehemencia.


La estrecha relación que tiene MORENA con muchas organizaciones sociales y con el magisterio deben servir para moderar las presiones hacia el gobierno para permitirle trabajar en el crecimiento del estado, en el combate eficaz contra la pobreza y en la disminución de la violencia agudizada en los años recientes, gracias a la aplicación del “modelo Oaxaca”, de Laissez faire, laissez passer.

Más entradas de Opinión