Sin tactoSergio González Levet |
| 26 Ene 2023 - 08:24hrs
El pasado domingo 22, Noé Rocha Otero presentó en la Casa Señorial de Misantla su libro Vivan por siempre. 38 historias de vida, en el cual captura lo singular de otros tantos personajes que dieron vida a la leyenda del pueblo.
Paisano, colega y amigo, Noé me dio la oportunidad de que escribiera el prólogo, y reproduzco partes de él que, como dicen luego en los oficios, se explican por sí mismas (o cuando menos eso espero).
“En una tierra que ha dado grandes plumas para el periodismo veracruzano, Noé Rocha Otero destaca por su talento como reportero, por su aguzada visión sobre las cosas cotidianas, por su honradez intelectual al contar lo que ve.
“Muchos que lo seguimos permanentemente a través de la red de redes en los sabrosos e interesantes reportajes en Facebook de su Arca de Noé hemos podido enterarnos de otras realidades que subyacen en Misantla y en las regiones contiguas.
“Su disciplina en el oficio y su obstinación por comunicar, por informar, por revelar, dan a conocer un mundo ignorado que siempre ha estado ahí, a la vuelta de la esquina, al alcance de los ojos, y que hemos podido conocer caminando de la mano de este relator empecinado y honesto.
“El reportero describe lugares y situaciones, y cuando quiere trascender busca el interior de los seres humanos. Noé se arriesga en este libro y trata de capturar el alma de un pueblo al escudriñar en la vida de personas que le han dado lustre, identidad, fundamento.
“Resulta fácil de cualquier manera hablar bien de íconos como el doctor Camilo, que hizo de su carrera vocación y de su vida un apostolado. Su altruismo y sus bondades crearon la leyenda que habla por sí sola.
“Son 38 los personajes que viven por siempre y son 38 historias que forjan la cruzada de este pueblo cimarrón y urbano, rústico y señorial, arcaico e innovador.
“Caben en la lista damas distinguidas como doña Estelita Rodríguez, que a muchos nos enseñó el camino hacia los buenos libros, o la querida Emma Arroyo, que alimentó nuestros sueños y nuestros estómagos con delicias gastronómicas encabezadas por sus inigualables enchiladas y sus gallinas en chiltepín, o la Chacha -doña Justa García Kast-, la hermosa mujer que motivó una canción inmortal de los hermanos Martínez Gil y que terminó jalando un burro desde su rancho hasta su casucha y viceversa, vieja y sola, enajenada en su propia vida, porque nunca encontró un hombre que la mereciera.”
Por lo pronto, esta obra solamente se puede conseguir en Misantla, pero su autor ya está trabajando en una edición digital que en un tiempo saldrá al aire, y de la que informaremos con oportunidad.
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