Sin tactoSergio González Levet |
| 15 Sep 2022 - 09:24hrs
¿Cómo van las cosas en Palacio? Despacio… despacio.
Y sí, lento pero seguro, sin prisas pero con pausas, el proyecto de dotar de
Internet accesible a todos los mexicanos avanza poco a poco, y en las últimas
semanas ya tuvimos alguna noticia de que se va a aprovechar la infraestructura de
postes de la Comisión Federal de Electricidad para colocar estaciones que
posibiliten la señal en toda nuestra geografía nacional.
Si López Obrador consigue sacar adelante esta promesa de campaña estaría
dando un verdadero campanazo, porque la conectividad universal es un acicate
incomparable para el desarrollo de cualquier país.
Lo siento por el querido Carlos Slim y su negociazo de Infinitum y de Telcel, que
le deja muchos miles de millones de pesos al año por el servicio de datos. Lo que
le quedará a las compañías de Míster Sears y otras similares va a ser que
ofrezcan productos especializados de Internet, como ya lo hacen varias empresas
mexicanas exitosas, como Sitwifi, que está asociada por la poderosa Google.
Hay que notar que en el asunto del Internet hay dos modalidades: el fijo y el
móvil, es decir, la Banda Ancha Fija (BAF) y la Banda Ancha Móvil (BAM). Para el
caso de Slim, la primera la ofrece a través de Infinitum y la segunda mediante los
celulares de Telcel. Ambos servicios resultan carísimos para los mexicanos, que
terminan pagando cantidades mucho mayores que en el resto del mundo.
Por eso en México solamente hay 17% de usuarios BAF, cuando en Japón hay
34.79% y en Estados Unidos 36.61%.
Y en el caso de la BAM, Japón tiene 190 suscripciones por cada 100
habitantes; Estados Unidos, 180, y México solamente 85 (aquí debemos tomar en cuenta que una persona puede tener muchas suscripciones y que se contabilizan
también las de empresas y dependencias públicas).
La buena noticia es que hace 10 años en México solamente había 12.5
usuarios por cada 100 habitantes y el crecimiento ha sido de más de 500 por
ciento.
Pero hay dos problemas: uno es que el servicio se concentra en las ciudades y
dos, que el costo es muy elevado. Algunos gobiernos municipales y estatales,
universidades públicas y Google han estado haciendo esfuerzos para ofrecer
Internet gratuito.
Pero falta el gran empujón prometido por AMLO.
Hay un negrito en el arroz, y es que seguramente Manuel Bartlett metió su
cuchara y ahora resulta que el Internet que dará la CFE no será gratuito, sino “muy
barato”, lo que impedirá que los más jodidos, que son los que más lo necesitarían,
lo puedan obtener, a menos que le den, por ejemplo, una tarascada a sus 3,850
pesos bimestrales.
Y así ni cómo.
sglevet@gmail.com